Petróleo y Gas

Luego del acuerdo con Bolivia, Nación evaluaría exportar gas a Chile en invierno

Las operadoras empezaron a negociar contratos, que pueden ser suspendidos para abastecer al mercado interno.

Después del acuerdo que se espera cerrar en las próximas horas con Bolivia y Brasil para importar gas natural y garantizar el suministro en los días más fríos, el Gobierno buscará aprovechar el excedente de gas en Vaca Muerta para exportarlo a Chile en invierno. Se trata de contratos interrumpibles que corren del 1 de mayo al 30 de septiembre y que pueden suspenderse en caso de que ser necesario para abastecer la demanda interna.

Según fuentes del sector, las operadoras ya comenzaron a conversar con sus contrapartes chilenas. Para cerrar este tipo de contratos, las empresas negocian un precio y volumen. Y después la Secretaría de Energía evalúa día a día las necesidades de suministro interno. Si están cubiertas, autoriza los envíos. Pero si las temperaturas son muy bajas y la demanda es mayor a lo previsto, se suspenden.

Los contratos en firme (no interrumpibles), en cambio, tienen un cupo y se definen a través de una licitación convocada por Energía. Estos permisos están vigentes en el verano, entre el 1 de octubre al 30 de abril, dentro del esquema previsto por el Plan Gas.AR, lanzado en 2020. En diciembre, Energía autorizó una nueva ronda de estos contratos para enero-abril de 2022 por 4 millones de metros cúbicos, todos con destino a Chile.

La posibilidad de exportar en invierno se conversó durante la visita del presidente de Chile, Gabriel Boric, a Buenos Aires. Su equipo le solicitó esta semana al ministro de Economía, Martín Guzmán, 200.000 metros cúbicos para abastecer a su zona centro. Un volumen que las autoridades ven factible de cumplir en invierno, pese a las alertas que se encendieron en los despachos oficiales por posibles faltantes en invierno.

El cálculo oficial es que el pedido de Chile representa el 2% de los 10 millones promedio de metros cúbicos diarios exportados al país trasandino en estos meses. El otro motivo es la dificultad para transportar internamente el gas desde Vaca Muerta. De cerrarse el acuerdo con Bolivia por 14 millones de metros cúbicos diarios en invierno, se prevé una saturación de la capacidad para enviar gas hacia Buenos Aires desde el yacimiento.

«Este invierno le podemos prometer contratos interrumpibles a Chile, se utilizan en general cuando el clima lo permite y si se recupera la hidraulicidad, pero igualmente manifestaron necesidad de un volumen que, siendo tan mínimo, se puede evaluar», señalaron desde Energía, donde reconocen que, por más que se suba la producción, «no se puede transportar hasta que concluya la primera etapa del gasoducto Néstor Kirchner».

En los acuerdos firmados con Chile, Guzmán acordó retomar las exportaciones sin cortes a partir de octubre y sin plazo. La apuesta es que estén vigentes todo el año. También se avanzará en exportaciones de gas natural licuado (GNL) bajo la misma modalidad y la rehabilitación del oleoducto trasandino a fines de este año, tras interrumpirse los envíos en 2006 al vencer el contrato con Chevron.

Chile es un importador neto de productos energéticos con compras promedio en la ultima década por US$ 11.700 millones anuales. La Argentina representó solo un 4% de sus importaciones en 2021, pero podría abastecer ese mercado. En los últimos años se le vendió un promedio de 166 barriles de petróleo diarios y US$ 14 millones de metros cúbicos de gas natural por US$ 4.900 millones anuales, según al consultora Economía y Energía.

Mientras tanto, el Gobierno todavía debe asegurarse el abastecimiento en invierno para la demanda residencial y la industria, una situación que genera tensiones entre Energía y Economía. Cammesa, la administradora estatal del mercado mayorista de electricidad, necesita crecientes niveles de gas para garantizar el parque térmico debido al menor aporte de las represas hidroeléctricas por la sequía y la parada programada de Atucha II.

En ese contexto atípico, la participación del gas en la generación eléctrica subió al 65% en febrero, por encima de los niveles en igual mes de 2020 y 2021, y crecieron las compras de combustibles por la menor oferta de Bolivia. Esa dependencia del gas natural baja un poco a partir de mayo, ya que se prioriza para atender la demanda residencial, y para generar energía eléctrica se utiliza el fuel oil y el gasoil, un combustible que hoy es insuficiente.

Por Juan Manuel Barca

Clarín

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