Petróleo y Gas

Gobierno impulsa la construcción de una planta de GNL

Según los últimos cálculos oficiales, el megaproyecto requerirá una inversión total de u$s10.000 millones, pero generará ventas que superarán esa marca amén de otros beneficios.

El Gobierno nacional avanza con la idea de construir una planta de GNL en Bahía Blanca para vender el gas no convencional de Vaca Muerta al exterior. Según los últimos cálculos oficiales, el megaproyecto requerirá una inversión total de u$s10.000 millones para comenzar a exportar GNL a partir de 2026, con un potencial de ventas que pueden superar los u$s15.000 millones.

La idea del Poder Ejecutivo, que ya fue puesta a consideración de importantes empresarios nacionales y extranjeros del sector de los hidrocarburos, es aunar intereses de distintas empresas para alcanzar la inversión total. A modo de garantía, funcionarios nacionales y de las y las provincias productoras reescribieron una nueva ley, mucho más corta que la presentada en agosto del 2021, que blinda el negocio del petróleo y el gas, pero que al mismo tiempo otorga destacados beneficios e incentivos fiscales para los inversores.

La segunda Ley de Promoción de los Hidrocarburos tendrá una docena de artículos (frente a los más de 100 del texto anterior) e incluirá un régimen hasta 2047 que facilite la llegada inversiones, aumente la producción y permita la salida de todas las divisas generadas por exportaciones. Fuentes consultadas coincidieron que expertos del Banco Central ya dieron su visto bueno al cambio de los marcos normativos del esquema de regulaciones de capital para la energía.

El detalle es el siguiente: si son productores locales no podrán convertir más del 20%. La inversión mínima para saltar los controles cambiarios será de unos u$s50 millones, en lugar de los u$s6 millones que preveía el proyecto anterior. Los autores lo definen como un “cepo extralight” para los empresarios multinacionales interesados en duplicar la cantidad de pozos de Vaca Muerta.

La nueva ley también ya fue puesta a consideración de funcionarios de Chile y Brasil, interesados en participar en la integración energética regional, primero con el Gasoducto Néstor Kirchner y luego con la planta de GNL.

Transformar los enormes recursos de gas no convencional de Vaca Muerta en un producto cuya demanda se anticipa será creciente durante el resto de la década, en particular por la transformación de la matriz energética global hacia recursos de menores emisiones como el gas, y el reordenamiento geopolítico que se espera tras el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.

El GNL es un gas natural que se convierte en estado líquido cuando se enfría a unos 162°C bajo cero, proceso que le permite reducir unas 600 veces su volumen, lo que facilita su transporte y almacenamiento para luego ser nuevamente transformado en plantas regasificadoras e inyectado a distintos sistema de distribución locales nuevamente como gas natural.

La idea del Gobierno tiene como base el proyecto que la petrolera de mayoría estatal YPF viene desarrollando para construir una planta de licuefacción de gas en la zona portuaria de Bahía Blanca, con una capacidad inicial de 15 a 20 millones de m3 (Mm3) y una inversión estimada superior a los u$s5.000 millones.

Esa locación pretende aprovechar la infraestructura disponible en el complejo petroquímico, que se potenciaría con la construcción del primer tramo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner que se encuentra en pleno proceso de licitación con una inversión prevista de u$s1.500 millones, lo que permitiría asegurar el gas necesario de Vaca Muerta para lanzar el proyecto gasificador.


Gasoducto

El nuevo gasoducto tendrá una extensión de 558 kilómetros y será construido en dos etapas: la primera conectará la localidad de Tratayén (en Neuquén) con la ciudad bonaerense de Saliqueló, ubicada a 273 kilómetros al norte de Bahía Blanca. El segundo tramo lo extendería hasta las ciudades de Buenos Aires y Rosario y será subastado más adelante. Todo el proyecto demandaría u$s3.470 millones, que se financiarán con fondos del tesoro, y del Aporte Solidario de las grandes fortunas.

La alternativa de convertir a la Argentina en productor y exportador de GNL requiere una inversión inicial de u$s10.000 millones, ya que no sólo contempla el costo de construcción de la planta sino también del incremento de la producción de gas natural en distintas áreas de Vaca Muerta.

La idea ya fue convalidada por directivos de Pan American Energy (PAE), considerado como el primer operador privado de hidrocarburos del país, que admiten el interés en el proyecto a través de la conformación de un consorcio de empresas con el liderazgo de YPF. Distintas estimaciones coinciden en que el mercado de GNL se puede duplicar en los próximos 20 años.

Además del plan de YPF, hay otro proyecto escalable en desarrollo y planificación, que vincula a las empresas Transportadora Gas del Sur (TGS) y Excelerate, operadora de los barcos regasificadores de las terminales de Escobar y de Bahía Blanca. En este caso se trata de una planta modular con una capacidad de 4 Mm3, que al ser construida en módulos escalables, según las necesidades del mercado, requerirá una menor inversión, lo que lo torna más factible, y se puede ampliar hasta un total de 16 Mm3. Esta inversión podría definirse para fin de año por un monto inicial de u$s800 millones.

La semana pasada Martín Guzmán recibió en el Palacio de Hacienda al staff de YPF, con quienes dialogó sobre los planes de la empresa y la agenda energética del Gobierno nacional, entre los cuales se destacaron nuevos desarrollos de infraestructura y el proyecto del GNL.

Además acordaron lanzar otra ronda del Plan Gas.Ar y de aumentar la producción de fertilizantes en la Argentina, con la firma ypefiana Profértil, otro producto muy demandado en el mundo por la escasez que generó la guerra rusa. También analizaron detalles de la nueva normativa que se prevé enviar al Congreso, que muy pronto se conocerá públicamente.

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