YPF busca sumar valor y exportaciones a Vaca Muerta
La petrolera busca inversiones a largo plazo para iniciativas que ampliarán la capacidad de producción, transporte y almacenamiento, que realizará sola o en conjunto con otras compañías globales.
La petrolera YPF aceleró un conjunto de proyectos destinados a dar mayor valor agregado y una salida exportadora a los recursos de gas y petróleo de Vaca Muerta, con inversiones de largo plazo que requerirán de asociaciones estratégicas con otras grandes compañías globales.
Con esa perspectiva, el presidente de YPF, Pablo González, será parte de la comitiva que acompañará al ministro de Economía, Sergio Massa, en su visita a los Estados Unidos y en donde tiene agendado un capítulo energético en Houston, la cuna del gas no convencional, donde se entrevistará con varias de las mayores compañías energéticas del planeta.
En esa instancia se espera brindar a la industria e inversores del sector los detalles de los anuncios que Massa realizó semanas atrás en Vaca Muerta vinculados a dar facilidades en el acceso a divisas y estabilidad tributaria para empresas que inviertan en la formación neuquina y la implementación del régimen de «canal verde» para facilitar la importación de equipos de las empresas de servicios para avanzar en inversiones de exploración.
La escala en Houston -prevista para el viernes 9 de septiembre- permitirá también buscar sumar a las principales compañías de energía a la nueva etapa de desarrollo masivo que encara Vaca Muerta a partir de las obras de infraestructura en marcha orientadas principalmente para la exportación de los recursos y agregado de valor.
En ese sentido se enmarca el más reciente de los anuncios de YPF, vinculado al estudio de la factibilidad de un proyecto integral de producción de Gas Natural Licuado (GNL) que la compañía buscará llevar adelante a partir de una alianza la malaya Petronas, con quien afrontará una inversión inicial de US$ 10.000 millones.
El desafío de convertir a la Argentina en un exportador neto de GNL prevé el incremento de producción de shale gas de Vaca Muerta, la construcción de un nuevo sistema de oleoductos hasta la zona portuaria de Bahía Blanca y de una planta de licuefacción como parte de un complejo portuario para la exportación.
La megaobra permitirá alcanzar hacia finales de la década exportaciones por US$ 20.000 millones anuales en el pico de producción, lo que por la magnitud del proyecto es considerada una iniciativa abierta a la incorporación de nuevos capitales locales o del exterior para darle más volumen.
A 100 años de su fundación como empresa petrolera del Estado, YPF atraviesa un proceso de recuperación financiera con la reducción de su deuda en los últimos 24 meses por unos US$ 1700 millones y una ampliación de los horizontes de vencimiento, y la consecución de un Ebitda de US$ 1.500 millones, el segundo mayor de su historia.
Ese reordenamiento financiero contribuyó al incremento de sus resultados en el terreno, y así, la compañía se apresta a cerrar este año con el salto de producción más alto de los últimos 25 años, tras haber registrado en el último trimestre un crecimiento del 78% en la producción de gas y del 50% la producción de petróleo no convencionales.
El gasoducto Néstor Kirchner
YPF también se puso a la cabeza de las empresas que operan actualmente en Vaca Muerta para comenzar a discutir con el Gobierno nacional la idea de que sea el sector privado el encargado de financiar la construcción del segundo tramo del Gasoducto Néstor Kirchner.
Si la primera etapa en construcción prevé 558 kilómetros de ductos desde la localidad de Tratayén (Neuquén) hasta la bonaerense Saliquelló, el segundo tramo sumará otros 467 kilómetros hasta San Jerónimo, en el sur de Santa Fe, lo que abrirá la posibilidad de abastecer a grandes ejes urbanos e industrias del centro y norte del país y pensar en la exportación a Brasil.
Pero así como en el gas natural los grandes recursos no convencionales requieren de nueva infraestructura de transporte, de la misma manera ocurre con el petróleo.
Y en ese sentido YPF encabeza por un lado el proyecto de rehabilitación del Oleoducto Transandino – Otasa, una obra de 425 kilómetros desde Puesto Hernández, en Neuquén, hasta la Refinería Bío Bío de la empresa de energía trasandina ENAP, que volverá a estar operativo tras el cierre del flujo en 2006.
En la medida que esa capacidad de transporte se ponga en funcionamiento permitirá evacuar hasta unos 115.000 barriles diarios, que es lo máximo histórico que transportó, de lo cual una parte se exportará a Chile y el resto saldrá a otros mercados vía el puerto del Pacífico de Concepción.
Mirando hacia el Atlántico, YPF integra como socio mayoritario (37%) el consorcio que opera el Oleoducto del Valle – Oldelval, que lanzó un proceso de inversión por más de US$ 1500 millones con el que se espera duplicar hasta los 450.000 barriles su actual capacidad de transporte de crudo desde Allen, en Vaca Muerta, hasta el puerto Puerto Rosales, del complejo bahiense.
La ampliación del ducto y la posibilidad de traer mayores volúmenes de crudo, también obliga a pensar en un incremento de esa capacidad de almacenamiento y despacho a cargo de Oiltanking Ebytem -de la cual YPF es propietaria del 30%- y sumar una tercera monoboya marítima para el fondeo de grandes buques petroleros.
Otros proyectos propios
A la par de esta obra, YPF anunció hace pocos días un proyecto propio que denomina Oleoducto Vaca Muerta Sur, para el cual se encuentra en búsqueda de financiamiento de los US$ 1.200 millones que requerirá el tendido de un ducto hasta el puerto Punta Colorada de Sierra Grande, en Río Negro, donde desplegará una mega terminal marítima que se convertirá en el mayor puerto exportador de petróleo del país.
Se calcula que a través de la estación portuaria rionegrina se podrá despachar, a partir de 2025, un buque cada cinco días con capacidad para 390.000 metros cúbicos, lo que a nivel anual podría sumar un volumen total de 25 millones de metros cúbicos, lo que contempla la construcción de 20 tanques con capacidad de almacenamiento de 1 millón de metros cúbicos.
YPF también impulsará junto a su socia la petrolera noruega Equino, la realización del primer pozo exploratorio en el área marítima conocida como «Argerich-1», cuyo objetivo exploratorio en aguas profundas, se desarrollará a partir del primer semestre de 2023 a unos 300 kilómetros de Mar del Plata.
En una diversificación de sus operaciones e inversiones, YPF también puso en marcha un proyecto de US$ 300 millones para la construcción de su primer parque solar denominado Zonda, de 300 MW, en tres etapas de 100 MW cada una.
También la compañía acaba de firmar semanas atrás un acuerdo con Catamarca Minera y Energética para desarrollar un proyecto para la búsqueda de litio en la zona de Fiambalá, en el departamento de Tinogasta, lo que significará la primera experiencia de la compañía en el segmento minero.
Esa exploración como paso previo a la producción de litio, es el primer eslabón de una cadena productiva de agregado de valor que YPF pretende desarrollar hasta la fabricación de la que será la primera batería de litio de diseño nacional, que se encuentra en estado avanzado a través del consorcio Y-Tec.
Finalmente, la compañía ratificó la inminencia de un anuncio en el segmento petroquímico con una inversión en torno a los US$ 1.000 para duplicar la capacidad de producción de urea granulada y completar el autoabastecimiento de la demanda local a través de la empresa Profertil, en el complejo bahiense.
Télam