Vaca Muerta se convirtió en una zona fantasma
Añelo, el pueblo más próximo a los yacimientos, quedó prácticamente sin gente luego de más de dos semanas de manifestaciones focalizadas
Si un despistado caminara por este pueblo, pensaría que la pandemia impactó fuerte en la zona y que tuvieron que restringir la circulación para contener los contagios. Pero no es el caso: con cero casos activos, Añelo, el corazón de los principales yacimientos de Vaca Muerta, que tiene 6000 habitantes, está libre de coronavirus. Pero su paisaje dista de parecerlo. Los más de 23 bloqueos en distintos puntos del reservorio impiden el normal funcionamiento de la actividad hidrocarburífera en Neuquén, lo que hace que prácticamente no haya movimiento en la zona.
En la ruta 7, que atraviesa al medio el pueblo y permite el acceso a los campos petroleros, no hay camiones, ni camionetas, ni vans, los vehículos que, en épocas normales, se amontonan en la hora pico de las 7 de la tarde y levantan el polvo de la meseta.
En cambio, hay neumáticos de camiones, palos de madera, conos, fogones, carpas y reposeras sobre la ruta, y grupos de entre 10 y 14 personas alrededor con banderas que muestran los nombres de los distintos hospitales públicos de la provincia.
Desde mediados de esta semana, los trabajadores de la salud, que se manifiestan para pedir una mejora salarial del 40%, flexibilizaron el paro y permiten el paso de vehículos y personas que no trabajen en la industria petrolera.
“Esta es una provincia muy rica gracias a la industria petrolera. Realizar estos bloqueos es una forma de visibilizar que hay mucho dinero, por eso se frena la actividad”, dice Diego Rivera, un trabajador social de la salud mental en San Patricio del Chañar, una localidad a 58 kilómetros de Añelo, que es parte de los bloqueos de la ruta 7.
Junto a Raquel Muñoz, empleada administrativa en el hospital de Añelo, y Magalí Troncoso, enfermera de terapia intensiva, explica que los trabajadores de la salud pública no tuvieron ningún aumento salarial en 2020, pese a que se les había prometido un incremento trimestral atado a la inflación, y solo cobraron extra un bono de la Nación de $7000.
El gobierno de Neuquén confirma que no hubo aumentos el año pasado y que por eso se les ofreció un 15% de aumento al sueldo básico, cuatro bonos de $3500 remunerativos, que se iban a pagar de marzo a junio, y dos bonos de $7500 no remunerativos. Además, un aumento por trabajo extraordinario del 25% para guardias, horas extras y traslados de trabajadores de la salud, y una asignación “Covid”, no remunerativa, que eran cuatro bonos de $10.000 a pagar en abril, mayo y junio, más la pauta de retomar una nueva negociación salarial en julio. Todo esto fue rechazado.
El conflicto se podría resolver temporariamente con una conciliación obligatoria, que debería dictar el Ministerio de Trabajo, si la provincia de Neuquén lo pide. El problema es que los manifestantes son autoconvocados cuyo gremio, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), ya acordó el incremento de 15% más sumas fijas no remunerativas con el gobierno provincial. Esto generó un descontento en las bases, que decidieron rebelarse, rechazar el acuerdo y salir a manifestarse, pero no tienen personería jurídica para negociar.
Para financiar el despliegue de 15 días de bloqueos en más de 23 puntos de la provincia, los trabajadores sostienen que reciben ayuda de los vecinos, quienes se “solidarizan y les alcanzan agua y comida”. Ayer, por ejemplo, les habían donado medio chivito para almorzar.
Además, se creó un “fondo de huelga”, en el cual también reciben donaciones, que permiten pagarles el sueldo a los trabajadores que fueron demorados, según detallan. Entre quienes aportan, cuentan, hay organizaciones sociales, la Iglesia y partidos políticos, como el Partido Obrero, el PJ y gente del mismo Movimiento Popular Neuquino (MPN).
“Hay mucho menos movimiento en Añelo. Es por los paros, la falta de actividad que hay, que había empezado a resurgir hace dos o tres meses, luego del parate largo de la pandemia, pero ahora se frenó completamente. Entonces realmente no tenemos demasiada gente, somos solo los locales. Por los cortes de ruta, mucha de la gente no está en la zona”, dice Milton Morales, intendente de Añelo.
La flexibilización de los bloqueos de esta semana permitió que el miércoles ingresara al pueblo un camión con 12.000 litros de combustible para la estación de YPF, que está sobre la ruta 7. A las pocas horas, la nafta súper se había agotado. Solo quedó la Infinia, que es más cara, y el gasoil, ya que casi no hay consumo, cuando en épocas normales cuadruplica la demanda de nafta.
El supermercado La Anónima, que está en el centro de Añelo, también volvió a estar abastecido. “Los primeros días del conflicto estuvimos un poco desabastecidos, sobre todo con los alimentos perecederos, que tenemos que entregar día a día. Cuando pasaron los días, los camiones pudieron circular por rutas alternativas y luego flexibilizaron los cortes, lo que permitió recuperar el surtido de productos habitual, aunque todavía estamos entre 7 y 8 puntos”, dijo Eduardo Del Prete, gerente regional de La Anónima, quien sin embargo confirmó que hay menos consumo por el freno de la actividad.
Por Sofía Diamante
La Nación