Phoenix invertirá u$s 32 millones para explorar una nueva área de Vaca Muerta
La petrolera comenzó la perforación de su primer pozo exploratorio en Corralera, al norte de Neuquén. Con una inversión comprometida de u$s 32 millones, este desarrollo podría convertir a Rincón de los Sauces en un nuevo hub para el no convencional argentino.
Phoenix Global Resources comenzó la perforación de un pozo exploratorio en Corralera Noreste, donde planea dar inicio a la consolidación de un «nuevo Añelo» en Rincón de los Sauces, al norte de la provincia de Neuquén.
Un nuevo hub productivo para Vaca Muerta. Excepto por los resultados auspiciosos de Chevron en El Trapial y los desarrollos inconclusos de YPF en Filo Morado, la zona está prácticamente inexplorada. Phoenix comprometió inversiones por u$s 32 millones para completar dos pozos de estudio e identificar el verdadero potencial de la formación en el área.
Se trata de la segunda gran apuesta de la compañía en Vaca Muerta después de Mata Mora, concesión que obtuvo en marzo de este año. Allí comenzará un proyecto piloto de dos pads de tres pozos cada uno, al que luego se sumarán dos pads más, con una inversión total de u$s 110 millones. Cuando alcance el plateau, Phoenix estima producir allí alrededor de 40.000 barriles de petróleo diarios.
Phoenix nació de la asociación entre Andes PLC y Mercuria, uno de los mayores traders de commodities del mundo, junto con gigantes como Vitol, Trafigura o Glencore. Con sede en Ginebra, opera en 50 países y, además de petróleo, tiene negocios en minerales, energías renovables, gas natural licuado (GNL), biocombustibles y granos, entre otros.
En Phoenix, retiene el 90% de la participación y, a partir de 2020, aceleró sus planes de crecimiento. El primer gran movimiento fue la contratación como CEO de Pablo Bizzotto, ex VP de Upstream de YPF, quien, a partir de 2016, lideró un gran cambio de paradigma en la industria del no convencional, con la implementación de los pozos horizontales.
Junto con Bizzotto, arribaron también otros ejecutivos con experiencia en Vaca Muerta, como Cristian Espina, COO, exgerente Portfolio y Planeamiento Estratégico de YPF, donde también fue gerente de Geociencias e Ingeniería de Reservorios.
«En menos de un año, conformamos el equipo de cero, obtuvimos la licencia no convencional, viajamos a Suiza para convencer a los accionistas de Mercuria para aportar el capital necesario, abrimos una oficina en Neuquén (que ya nos está quedando chica) y contratamos a todos los servicios por licitación, más allá de que el schedule era muy apretado», afirma Bizzotto, en el segundo día de perforaciones en Corralera.
Y agrega: «Ya estamos en la etapa de ejecución, que era lo que estábamos esperando. Y hay una motivación extra, que es crear una compañía a nuestra propia medida. Todos los que trabajan acá fueron parte del inicio de Vaca Muerta: trabajaron en grandes empresas y no tienen curva de aprendizaje. Acá podemos desarrollarnos como queremos, lo cual nos da mucho espacio para la innovación y la optimización. Somos chicos pero muy dinámicos. En ese sentido, somos una start-up«.
«El éxito en Corrralera será determinante para el aterrizaje de nuevos fondos para seguir creciendo y hacer más grande esta compañía. Y con éxito me refiero a parámetros muy específicos: entregar la producción que dijimos, con el capex que establecimos; sin accidentes ni incidentes ambientales, y en armonía con todos los stakeholders: la comunidad, el sindicato y los proveedores», opina Espina.
La inversión de la compañía en este pozo exploratorio es significativamente mayor a la de un pozo en producción. «Estamos corriendo un riesgo muy grande», afirma Bizzotto. «Un pozo de la misma longitud, en desarrollo, debería costar u$s 6 millones cada uno. Y nosotros tenemos previsto gastar u$s 32 millones en solo dos pozos. Pero lo que buscamos acá es la información petrofísica que necesitamos para identificar un sweet spot, donde podemos llegar a grandes resultados», explicó.
En Mata Mora, ese riesgo petrofísico es mucho menor. La calidad de la roca en las zonas aledañas, donde se encuentran los proyectos más emblemáticos de Vaca Muerta, ya mostró su potencial. Para Bizzotto, sin embargo, en el «desriskeo» de Vaca Muerta, el aspecto geológico es apenas un capítulo.
«La industria ya ha desriskeado las cosas más importantes, y me refiero a las empresas pero también a las provincias, los sindicatos, las pymes. Cuando empezamos, si se hacían dos o tres fracturas en un día. Era una fiesta. Hoy, estamos en 13. Para llegar a ese nivel de eficiencia trajimos tecnología, proveedores y trabajamos en procesos Lean como el que desarrolló Toyota para la industria automotriz. Yo trabajé personalmente en el campo con los sindicatos, con quienes logramos hablar de productividad y eficiencia. Fue mucho lo que se logró en este tiempo. Vaca Muerta compite en el portfolio de las grandes empresas del mundo con cuencas como el Permian en los Estados Unidos. Obviamente, nunca vamos a alcanzar a esa escala, pero en términos de costos y eficiencia, somos muy competitivos».
La gran oportunidad hoy para continuar reduciendo los costos, afirma Bizzotto, está en la arena de fractura. «Cuando la arena costaba u$s 130, u$s 100 eran de logística. Eso fue mejorando a medida que fuimos cambiando algunos paradigmas. Yo creo que podemos encontrar un costo por barril muy competitivo». En ese sentido, explica que uno de los capítulos centrales en esta mejora es el desarrollo de los proveedores locales, «pero siempre partiendo de la base de que necesitamos ser eficientes, competitivos y confiables. En Corralera, tuvimos una gran experiencia en ese sentido. Para construir la locación, movimos 30.000 m3 de suelo. Esta zona es muy complicada porque tiene mucho basalto y mucha complejidad topográfica. Y pensábamos que la construcción de la locación iba a ser un cuello de botella, pero finalmente, la locación terminó esperando al equipo. Lo hicimos todo con contratistas locales, y la respuesta fue excelente. Esperamos seguir trabajando así, porque nos entusiasma mucho construir este camino».
Respecto de las condiciones macro y la nueva Ley de Hidrocarburos que, por estos días, define el Gobierno, Bizzotto resalta la importancia de «cualquier gesto que promueva la inversión». Aunque admite que «este es un proyecto de capital intensivo y en esta etapa vamos a poner mucho más de lo que vamos a sacar, es fundamental dar la señal de que vas a poder disponer de los dólares que generás. Cuando las barreras de salida son altas también son altas las de entrada».
Para Bizzotto, «la historia de Vaca Muerta recién empieza. Pero en este nuevo escenario de transición energética, necesita acelerar. Yo soy muy optimista y creo que Phoenix tiene mucho para aportar en ese camino».
Por Tomás Rodríguez Ansorena
El Cronista