Aumenta la nafta y más autos se pasan a GNC
Con el aumento que tuvo lugar en los surtidores, más personas están pasándose al GNC. ¿En cuánto tiempo se amortiza un equipo de última generación?
Los incrementos en el precio de la nafta de los últimos meses dispararon las conversiones de autos a GNC. Durante febrero, se dio una suba superior al 10% en relación a enero y sólo en los primeros diez días de marzo ya se habían instalado 5.487 equipos (casi la mitad del mes previo), según los datos publicados por el Enargas.
Es que, tal como resaltan desde el sector, se trata de un «producto para economías en crisis» y se estima que la inversión se amortiza en aproximadamente un año.
«Si tomamos como promedio las conversiones que hubo el año pasado, que fue atípico, hoy estamos un 40% por encima. Esto es debido, seguramente, al aumento de las naftas», señaló Horacio Magraht, vicepresidente de la Cámara Argentina de Productores de Equipos Completos de GNC (CAPEC), quien detalló que instalar un equipo promedio cuesta alrededor de $65.000 y que puede financiarse con el Plan Ahora 12 o 18.
«En doce cuotas, hay una tasa del 15% anual, que termina siendo baja respecto a la inflación. Con el ahorro mensual, se paga: por ejemplo, una persona que recorre más de 60 kilómetros por día, logra pagar la cuota.
Hoy el ahorro con GNC es de alrededor de $5 por kilómetro. Si calculamos que un auto hace en promedio mil kilómetros en un mes, se ahorra $5.000. La cuota es mucho menos que eso».
En efecto:
-Para recorrer 100 kilómetros un auto mediano consume alrededor de 8 litros de nafta súper. Si por mes recorre un promedio de 1.250 kilómetros (unos 15.000 km al año), gastará $7.460 ($89.520 al año).
-El GNC, por su parte, posee un rendimiento por metro cúbico equivalente a 1,138 litros de nafta súper: el metro cúbico de GNC cuesta, en Ciudad de Buenos Aires y GBA, en promedio $25.Es decir, que para recorrer un promedio de 1.250 kilómetros al mes, se necesitan $2.200 ($26.400 al año).
-Es así que un vehículo con GNC gasta unos $5.200 menos por mes y $63.100 por año que uno naftero.
La pandemia, en cierto modo, también influyó para que se incrementaran las conversiones a GNC. «Lo que se está viendo es que aquel que utilizaba medios transporte público para viajar al trabajo, por ejemplo, si puede va a utilizar el auto por miedo al contagio», explicó Magraht, al referirse a un nuevo perfil de usuario.
El mercado de GNC
Más allá del aumento de las conversiones, al igual que lo que ocurre con los combustibles líquidos, el consumo todavía no logró recuperar los niveles previos a la pandemia.
«El año pasado hubo un promedio de 100.000 conversiones a nivel país. Las conversiones de enero superaron las 10.000 y las de febrero, las 11.000. Si tomamos en cuenta que son épocas de vacaciones, que incluso muchos talleres cerraron por dos semanas, es un número alentador. Más allá de eso, ese nivel de conversiones no genera un incremento de consumo. No se nota en las estaciones de servicio. Es que aquella persona que no volvió a trabajar presencialmente, o lo hace la mitad de los días, genera que el consumo no sea igual que antes de la pandemia», señaló por su parte Pedro González, el vicepresidente de la Cámara de Expendedores de GNC (CGNC), quien destacó que a la noche, «entre las 12 y las 6, prácticamente no hay ventas».
«Estamos lejos de tener un recupero en las ventas, tenemos niveles de consumo en Capital y Gran Buenos Aires del orden del 75% con respecto a la prepandemia», agregó González, quien estima que llevará un tiempo largo volver a los niveles del 2019 y que dependerá, entre otras cosas, del avance de la vacunación.
La caída en el consumo del GNC se asemeja a la de las naftas. Es que, según el último informe difundido por la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA), en enero la demanda de combustibles líquidos se ubicó cerca de un 15% por debajo de los niveles de febrero de 2020 (previo a la pandemia).
«Esperábamos una recuperación mucho mayor y nos encontramos con esta realidad que nos deja en una situación límite. Confiamos que con el regreso a clases presenciales y la mayor movilidad, vuelva la recuperación», sostuvo Gabriel Bornoroni, presidente de Cecha.
Problemas con faltantes
Con un elevado nivel de conversiones y con buenas perspectivas de cara al futuro, desde el sector también admiten algunos contratiempos propios del fuerte repunte que tuvo el sector luego del parate por la cuarentena del año pasado.
«Veníamos de un tiempo de estar a ‘baja velocidad’ y de golpe se están aumentando las conversiones. Entonces, como todo, hay que esperar que se reacomode la provisión de los proveedores. Están trabajando a otros ritmos y tienen que acelerar muy rápidamente», señaló Magraht.
Luego, agregó: «También hay problemas para conseguir materia prima, como acero y bronce, porque las grandes empresas no los tienen. También empieza a haber aumentos que no tienen sentido: ya sea porque hay más demanda o por la suba del dólar blue, aunque nosotros no nos manejamos con esa cotización. Todo eso hace que estemos trabajando al mínimo de rentabilidad para no aumentar tanto los valores, porque sabemos que esto no lo compra una persona que le sobra el dinero. El que lo compra es porque necesita ahorrar y es un producto para economía en crisis».
Por Andrés Iglesias
iProfesional