Petróleo y Gas

¿Puede la producción petrolera compensar la sequía de dólares?

El Gobierno celebra un salto en la producción de petróleo y gas natural gracias a Vaca Muerta. ¿Cuántos dólares puede sumar el sector?

La producción de petróleo en la Argentina creció un 10% interanual en enero hasta los 626.600 barriles diarios (bpd). El salto fue mayor, de un 30%, si se considera únicamente el no convencional (Vaca Muerta), en donde se extrajeron 289.800 barriles de crudo en el primer mes de 2023.

Los pozos no convencionales de la formación Vaca Muerta, ubicada principalmente en Neuquén (pero que también se extiende a Río Negro y La Pampa) suministraron el 45% de la producción total de petróleo y el 39% de la producción total del gas, y siguen en ascenso, con una creciente productividad como resultado de las inversiones de petroleras locales y multinacionales, a la par del declino del convencional, que tiene menores costos pero ya está «maduro».

La Secretaría de Energía, a cargo de Flavia Royón, festejó los resultados y espera ser uno de los pocos sectores con noticias positivas para la economía en el año de elecciones, con una sequía histórica que impactará gravemente en las cuentas públicas, principalmente con un menor ingreso de dólares (la estimación es de casi u$s 20.000 millones por caída de exportaciones).

El subsecretario de Hidrocarburos, Federico Bernal, inauguró este lunes una «Mesa de Infraestructura Hidrocarburífera», en la que el sector privado empezará a entregar propuestas de ampliación del transporte de petróleo y gas. «Estamos posicionados para convertirnos en un exportador firme de gas natural a Chile y Brasil por el Plan Gas y el Gasoducto Néstor Kirchner», dijo el funcionario.


El futuro del petróleo y el gas en Vaca Muerta

El panorama que abre Vaca Muerta ilusiona al Gobierno con revertir la balanza comercial energética el año que viene, para pasar de un déficit de u$s 4470 millones en 2022 (el más alto desde 2015) hasta un saldo negativo de entre u$s 1000 a 2000 millones en 2023 y un resultado positivo en 2024, que en 2025 se podría elevar hasta unos u$s 7000 millones.

Si se cumplen estos pronósticos comunes a la mayoría de los consultores del sector, implicaría un cambio en tres años de más de u$s 11.000 millones en el comercio exterior de petróleo, gas, energía eléctrica y otros combustibles, vitales para aflojar tensiones cambiarias en el país y reforzar una paulatina salida del control de capitales (cepo al dólar) durante la próxima gestión de Gobierno.

En una entrevista con el Financial Times hace dos meses, el ministro de Economía, Sergio Massa, señaló que la energía y la minería transformarán la estructura productiva. «Esto le dará al país una capacidad muy fuerte para pagar la deuda en 2025, 2026 y 2027″, aventuró.

En efecto, una mayor acumulación de divisas en las reservas del Banco Central (BCRA) podría derivar en una baja del riesgo país -hoy en 2055 puntos- y permitiría el retorno a los mercados internacionales para refinanciar los compromisos de la deuda externa con grandes fondos de inversión a tasas razonables.

Por la mayor facilidad para el transporte, el petróleo puede aportar dólares rápidamente a la Argentina, antes que las exportaciones de gas, fluido que debe ser tratado en una planta de licuefacción para ser vendido masivamente al mundo.

Las empresas siguen en tratativas para estudiar una inversión multimillonaria que habilite la construcción de esa planta; tanto el empresario Marcelo Mindlin, dueño de Pampa Energía, como el directorio de la multinacional alemana Wintershall Dea, advierten que necesitan antes que el Congreso sancione un nuevo marco regulatorio que proteja esos capitales y otorgue beneficios impositivos para acelerar las tareas.


Gas licuado (GNL) y exportaciones de petróleo

YPF y la malaya Petronas siguen analizando la posibilidad de realizar la planta para cargar y exportar 460 barcos por año, lo que significaría un ingreso anual de u$s 20.000 millones.

En el corto plazo, las petroleras están atentas al reinicio de exportaciones de crudo a Chile a través del Oleoducto Trasandino (Otasa), con el que a partir de mayo o junio se podrían enviar unos 160.000 barriles diarios. El caño no se utiliza desde 2007.

El año pasado, las exportaciones de petróleo crudo salieron por barco desde Puerto Rosales, en Bahía Blanca; totalizaron u$s 3867 millones y se espera que aumenten en 2023.

Adicionalmente, otro proyecto es el «offshore» (costa afuera). Como participantes del CERA Week en Houston, Estados Unidos, las autoridades de YPF -con el presidente Pablo González a la cabeza- tuvieron el martes un encuentro de alto nivel con la multinacional noruega Equinor para analizar el avance de las inversiones en el offshore, donde son socios junto a la angloholandesa Shell.

Previamente, el Gobierno había extendido por un año el permiso de exploración en el área 102 de la Cuenca Argentina Norte (CAN), a unos 300 kilómetros de la costa de Mar del Plata.

Por Santiago Spaltro

El Cronista

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