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Precios y desabastecimiento motiva a los rosarinos a pasarse al GNC

Los más de 40 talleres de Rosario donde se instalan y arreglan equipos de gas natural comprimido tuvieron más consultas en los últimos diez días

«Hay más consultas y algunas instalaciones». Con prudencia, pero admitiendo que hubo un cambio de escenario en las últimas semanas, el titular de la Cámara de Instaladores de Equipos de Gas Natural Comprimido (GNC), Ricardo Ciavarro, detalló cómo, sobre todo desde las elecciones primarias (Paso) en adelante, se comenzó a recibir «una mayor cantidad de consultas en los talleres y de no tener casi instalaciones, ahora hay turnos agendados». El aumento del precio de las naftas y el conflicto que hizo que se produjeran faltantes y venta con cupos en las estaciones de servicio es la principal razón a la que apuntó el referente del sector.

Mientras la oferta de combustibles termina de estabilizarse en todo el país y noviembre se inicia con un nuevo incremento en los precios de la nafta, que ronda un 10 por ciento, no son pocos los que vienen mirando el GNC como una alternativa para sus vehículos.

Desde su propio taller, uno de los más de 40 que hay en Rosario, Ciavarro indicó que «el movimiento es progresivo» y mayor que en meses anteriores. Además, reconoció que la instalación de los equipos «si bien significa un ahorro, tampoco es una decisión que se toma en un momento ya que implica una inversión de entre 380 mil y 450 mil pesos» dependiendo de los modelos y capacidad de los tubos que se coloquen.

Los llamados "equipos de quinta generación" pueden ser instalados incluso en vehículos de tope de gama. / Celina Mutti Lovera

Lo cierto es que «de pasar diez días sin tener colocaciones, ahora ya tenemos algunos turnos por semana», señaló el presidente de la cámara que reúne a los talleres de la ciudad y que especificó que, aunque con matices, el escenario «es más o menos el mismo en todos los negocios de Rosario; todos se están moviendo».

La venta e instalación de equipos de GNC venía de un escenario de caída en los últimos años y así lo reconoció el propio Ciavarro. «Por la falta de dinero o por los aumentos de los equipos, la gente no instalaba», explicó.

Para el tallerista, el punto de inflexión está ligado a los últimos aumentos en los precios de las naftas y sobre todo la falta de abastecimiento. «Comenzó a haber más consultas hace un mes, 20 días atrás sobre todo después de las primeras elecciones cuando hubo nuevos aumentos», dijo y señaló que «los planes de pago y cuotas ante el escenario de inflación en el que está el país, hacen que el precio de la instalación termine siendo un buen negocio».


Un modo de ahorro

Aunque cambiar de nafta a GNC implica un desembolso fuerte, el presidente de la cámara afirmó que así y todo «sigue siendo un ahorro» y más aún «con los planes de pago que se están ofreciendo». Como ejemplo, contó la última instalación hecha en su propio taller: «Pagaron la mitad en efectivo y la mitad en cuotas, que en tres meses están licuadas por la inflación», afirmó.

Es que los comerciantes están ofreciendo planes de pago de Ahora 12 para la compra de equipos que, si bien tiene un recargo del 60 por ciento, todos afirman «son una buena alternativa» en un escenario con una inflación que en lo que va de 2023 ya alcanzó el 80 por ciento y una interanual que ya supera el 120 por ciento.

Además, Ciavarro explicó que el uso de gas respecto de la nafta sigue representando un ahorro de bolsillo del 70 por ciento. «Por cada mil pesos de nafta, se gastan 300 de gas», detalló el dirigente antes de apuntar que «la combinación de ese ahorro inmediato y la posibilidad de pagar en cuotas, hace que mucha gente se decida».

El especialista no sólo se refirió así a quienes utilizan a diario sus vehículos como herramienta de trabajo, sino además a quienes viven en localidades aledañas, pero trabajan o hacen parte de su vida en Rosario. «El que viene todos los días a traer a los chicos a la escuela desde Roldán tiene 40 kilómetros diarios y para esas familias el GNC es una ventaja», afirmó.

Otro aditamento es el precio de las obleas que los usuarios de GNC deben renovar anualmente y que no sufrieron subas abruptas. «Hubo incrementos, pero nada que ver con los niveles de inflación -dijo-. En enero costaban 6.500 pesos y ahora están en 10 mil».


Equipos para todos los autos

La brecha en el costo de los equipos, que oscilan entre los 380 mil y los 450 mil pesos, tiene que ver, según detalló Ciavarro, con la tecnología y la capacidad de cada uno, y dejó en claro que los nuevos desarrollos que existen en el mercado permiten la instalación y el uso de tubos de GNC incluso en vehículos de alta gama.

«Hay equipos de tercera generación que son los más viejos y de menor costo, que se siguen utilizando para determinados autos, pero también hay ahora nueva tecnología, los llamados equipos de quinta generación que pueden instalarse en cualquier vehículo, incluso de alta gama y permiten que los vehículos funcionen como si anduvieran a nafta», detalló.

A eso se suma el tamaño del tubo que da mayor capacidad y, por ende, autonomía. Eso sí, sea cual sea la tecnología colocada, todos los equipos deben someterse cada cinco años a una prueba hidráulica del cilindro, además de un cambio de válvula.

«Con todo eso, así y todo sigue siendo más barato que un auto a nafta», afirmó el presidente de la cámara, que además indicó que «si bien las partes son importadas, se ensamblan en el país y no hay problemas de faltantes».

El Capital

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