Petróleo y Gas

Por el gasoducto de Vaca Muerta y la recesión se derrumban las importaciones de gas

La Argentina adjudicó las primeras 10 importaciones de gas licuado del año.El precio promedio bajó 44% y el gasto será menor por múltiples efectos, entre ellos el funcionamiento del nuevo gasoducto.

La Argentina adjudicó este miércoles las primeras 10 importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) para el otoño e invierno. El gasto será de 210 millones de dólaress, muy inferior al del año pasado por múltiples efectos: la caída de los precios internacionales, la puesta en marcha del gasoducto de Vaca Muerta y la recesión.

La empresa estatal Energía Argentina (Enarsa) lanzó una licitación para comprar 10 cargamentos de gas, que llegarán al barco regasificador de Escobar entre el 20 de abril y el 8 de julio. Siete de los «cargos» serán provistos por Glencore y los restantes tres, por la francesa Total Energies.

El precio promedio ponderado de este «tender» es de US$ 9,99 por millón de BTU, un 44% por debajo del año pasado. En 2023 el valor medio de las cuatro licitaciones había sido de US$ 17,80, con un gasto total de US$ 1.837,2 millones por 44 buques que entraron a Escobar y Bahía Blanca.

La Argentina obtiene así un ahorro millonario en las importaciones de energía, relevante para que en 2024 vuelva a obtener superávit comercial en el sector después de 14 años.

Gracias a la puesta en marcha en agosto del año pasado del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) de Vaca Muerta, con Enarsa como comitente de la obra y el Estado nacional como financista, este año la necesidad de importación de combustibles se redujo en unos 2.000 millones de dólares.

Además, la caída en la actividad económica prevista para este año influye en que se requerirá menos energía importada para hacer funcionar a las industrias y comercios.

Otro motivo es las lluvias en Brasil, el Noreste del país y el Comahue, que llenaron las represas hidroeléctricas y permiten generación de energía más barata.

La modalidad de pago generó un cortocircuito entre Enarsa y el Banco Central (BCRA) que demoró una semana la licitación y provocó un sobrecosto. Es que habitualmente el Estado nacional paga por adelantado estas importaciones, pero ahora la normativa cambiaria establece que se abonen a los 15 días de la descarga, por lo que los privados asumieron un riesgo extra.

A pesar de su enorme potencial en la producción de gas, la Argentina todavía tiene que importar energía. Las compras de gas licuado comenzaron en 2008, al año siguiente de un invierno extremo en el que cayó nieve en la Ciudad de Buenos Aires por primera vez en 90 años.

El congelamiento de las tarifas provocó una retracción en la oferta de energía y el salto de la actividad económica estimuló la demanda, por lo que en 2010 el país cortó una seguidilla de 24 años consecutivos con superávit comercial. La vuelta del déficit energético en 2011 fue uno de los motivos de la implementación del cepo al dólar y la estanflación que siguió hasta el momento.

Desde este año, gracias a Vaca Muerta y la infraestructura asociada, Argentina recuperará el superávit de energía, que se podrá ampliar hasta los US$ 25.000 millones anuales hacia 2030.

El precio del gas adjudicado en esta ocasión es un 25% más barato que el que ofrece Bolivia, pero más del doble que el costo de abastecimiento local (US$ 3,50 en promedio anual y US$ 4,37 en invierno). En los meses más fríos de cada año, la Argentina tendrá que seguir importando energía porque los hogares consumen 5 veces más que en verano, pero las necesidades serán cada vez menores si se estimula económicamente la producción interna.

Por Santiago Spaltro

Clarín

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