Petróleo y Gas

Neuquén busca extender 10 años más para el petróleo de Vaca Muerta

El gobierno provincial presentó su propio proyecto. Pretende extender la transición hacia las energías limpias y consolidar la exportación del crudo. Plantea 30 años antes del fin de los combustibles fósiles y no 20, como la iniciativa de Nación.

La fantasía de un Neuquén sin gas ni petróleo, que ya sobrevoló la provincia en 1997 y en 2008, vuelve a aparecer por la ventana. El gobierno de Alberto Fernández, casi en una maniobra de contrapuestos, presentó esta semana el proyecto de ley de electromovilidad (Movilidad Sustentable) que le pone fecha de defunción a la venta de vehículos que usen combustibles fósiles en 20 años, cuando hace unas semanas él mismo encabezó la iniciativa de promoción de inversiones para los hidrocarburos, también con un horizonte de dos décadas.

¿Cómo afectaría este plan, en sintonía con el Acuerdo de París, a Vaca Muerta? Según el último informe de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), en 2020 por el país circulaban 14, 3 millones de vehículos y el 74% tenían más de 20 años de antigüedad. Como ejemplo sirve recordar las restricciones de circulación por el coronavirus el año pasado que, en un par de meses, derrumbaron las ventas de combustible cerca de un 70% y pusieron toda la cadena en jaque.

Neuquén es hoy la principal provincia productora de hidrocarburos del país: 60% del gas y 40% del petróleo. Se extraen 200 mil barriles diarios, la proyección oficial busca llegar a los 350 mil en un par de años y trepar a los 500 mil, no más allá de mediados de esta década (el volumen que hoy suman todas las cuencas del país). A valores actuales (83 dólares), sí Neuquén alcanza su meta, serían unos 14.500 millones de dólares al año, que dejarían la friolera de 1.700 millones de dólares, solo de regalías petroleras (un Presupuesto completo).


Proyecto propio

La iniciativa de Fernández desconcertó al gobierno provincial por la contemporaneidad con el proyecto de promoción de inversiones petroleras. Sin embargo, no los tomó por sorpresa. La diputada Alma “Chani” Sapag presentó, hace dos meses, su propia versión para la electromovilidad. El titular de la Agencia de Inversiones de Neuquén (ADI-NQN), José Brillo, aceleró el estado de situación y presentó ayer en la Legislatura de Neuquén esa propuesta y un proyecto complementario para el ámbito provincial.

“Centralmente creemos que el tema debería tratarse en conjunto y no en forma incongruente”, señaló Brillo en referencia a la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y la incorporación de la energía limpia. En ese sentido planteó que el plazo “razonable” serían 30 años y no los 20 que fija el proyecto nacional.

La propuesta de Neuquén, a través de la diputada Sapag, establece un sendero gradual para la incorporación de vehículos que no usen combustibles fósiles que finaliza en 2050. Incorpora beneficios para el desarrollo nacional y la importación de vehículos más eficientes y, como uno de sus ejes, propone pasar del 100% de la exención de los derechos de importación en 2022 al 10% al concluir las próximas tres décadas.


Transición energética

En el mundo entero se habla de una ventana de décadas para salir de los combustibles fósiles. Principalmente las grandes potencias como China, India y Estados Unidos que aún consumen o producen carbón, un mineral más contaminante que el petróleo y el gas. De hecho Europa vive una crisis energética por la falta de energías baratas y eso los obligó a volver a las fuentes tradicionales haciendo saltar por los aires los precios del GNL y hasta del propio carbón.

Vaca Muerta nació con una fecha de vencimiento, solo que nunca se había oficializado. La carrera por sacar hidrocarburos en forma rentable “antes de que sea demasiado tarde” fue hasta un incentivo.

Actualmente el 64% de la energía eléctrica del país se genera con gas, el 29% es hidráulica y solo el 2% es renovable. El gas encierra esa contradicción de ser un combustible fósil que permite la generación de energía que una vez utilizada no tiene impacto ambiental. El gas vivirá más que el petróleo, pero su renta es muy inferior.

Otro punto para la transición energética es la capacidad para transportar energía. Hoy las redes troncales del país no tienen capacidad ociosa. Hay que invertir miles de millones.


La soñada diversificación

Para Neuquén, Vaca Muerta representa tres cuartas parte de todo. El 72% de los ingresos del Estado están vinculados a la industria del gas y el petróleo por las regalías y los impuestos que, centralmente, se nutren del sector.

Al Estado neuquino le ha costado siempre pensar la diversificación de su economía y, mucho más, llevarla a cabo. El conocido plan Neuquén 2020, esbozado a fines de los 90’ por Ramón Martínez Guarino, no pudo alcanzar los objetivos trazados, de las 100 mil hectáreas agropecuarias, apenas se superaron las 20 mil; de las 40 mil plazas hoteleras pensadas, se llegaron a poco mas de 24 mil; y así el resto.

Claro que conspiraron los propios gobiernos del MPN que se sucedieron y tres hitos hidrocarburíferos que reforzaron el perfil petrolero de la provincia: la explotación de Loma La Lata, la renegociación de los contratos petroleros en 2008 y la puesta en marcha de Vaca Muerta (2012).

En el gobierno de Neuquén no imaginan una provincia que no esté vinculada a la energía. Aclaran, que no necesariamente a los hidrocarburos. También ven que el horizonte de dos a tres décadas es un buen tiempo, pero fundamentalmente para desarrollar petróleo. Después, las ideas que fluyen parecen ser vagas y se vinculan con la posibilidad de explotar el gas para la producción de fertilizantes, la industria del plástico y la industrialización en origen.

El resto de las economías por fuera de los hidrocarburos, como el turismo y la agricultura, siguen siendo marginales a la hora de pagar las cuentas del Estado. A la luz de los desarrollos alternativos en marcha debería esperarse un cambio radical en la matriz o esperar que sean 30 años más prórroga.

En el país hay 14,3 millones de automóviles, de los cuales el 70% tiene más de 20 años. Foto: Florencia Salto.

La denominada “hipocresía” noruega, ¿un espejo local?

Noruega suele ser ejemplo de administración equilibrada y de una alta calidad de vida para sus 5 millones de habitantes. Será el primer país en dejar de tener vehículos con combustibles fósiles. En abril del año próximo el 100% del parque automotor noruego estará compuesto por rodados que no generen emisiones contaminantes. Sin embargo, la contracara de la sustentabilidad es que la riqueza que acumuló el país está apoyada en la extracción de gas y petróleo en el Ártico. Cuenta con un famoso fondo anticíclico conformado por la renta petrolera que está generada por la exportación de casi la totalidad de su producción. Según datos publicados por la BBC, consiguió exportaciones por hasta 53.000 millones de dólares.

Además de ser un reconocido donante de fondos para sostener la salud del medioambiente, creó un fondo de 1.000 millones de dólares para el Amazonas, casi la totalidad de la energía que consume vienen de fuentes limpias.

Sin embargo, las inversiones que centralmente realiza se focalizan el búsqueda de más gas y petróleo que, como todas sus exportaciones, algún país “quema”.

El ejemplo sirve para pensar el caso neuquino y sus urgencias ante la ventana temporal, de 20 ó 30 años, para los hidrocarburos. Sea que busque la diversificación económica o la ampliación de la matriz energética hacia energías verdes, deberá costearlo con la venta del gas y el petróleo que, imaginan las autoridades, podría ser Chile un mercado inmediato.

El año próximo comenzará a funcionar el fondo anticíclico creado en Neuquén que recibirá depósitos si llegan por excedentes de regalías.


Datos
US$14.450 millones anuales generaría la producción de petróleo de Neuquén si alcanza los 500 mil barriles diario, como proyecta.235.000barriles diarios es la meta para fin de año que busca alcanzar Neuquén en el petróleo.

Por Federico Aringoli

Río Negro

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