El plan de Pampa para ahorrarle u$s 1000 millones en importación de GNL al país
Pampa Energía invertirá u$s 400 millones este año, u$s 150 millones más que en 2021. El grupo de Marcelo Mindlin quiere producir más de 11,5 millones de m3 diarios de gas natural y tendrá capacidad para otros 17 millones, que dependerán del nuevo gasoducto de Vaca Muerta. Por qué hará una pausa en renovables
Pampa Energía invertirá u$s 400 millones este año. El monto es u$s 150 millones superior al de 2021 -es decir, un 60%– y se destinará, principalmente, a incrementar su producción de electricidad -el grupo es el mayor generador privado del país- y de hidrocarburos, en especial, de gas natural.
Con el salto de 60% que planifica, de 7 millones de metros cúbicos (m3) diarios en 2020 a más de 11 millones en los próximos meses, el holding que lidera Marcelo Mindlin calcula que, dada la disparada de precios del gas natural licuado (GNL) que detonó la invasión rusa sobre Ucrania, eso significará un ahorro de, por lo menos, u$s 1000 millones en la factura de importación de combustibles que deberá afrontar el país durante el próximo invierno.
«El crecimiento de producción que proyectamos para este año, obviamente, elevará nuestro nivel de inversiones de capital. Saltaremos de los u$s 250 millones de 2021 a cerca de u$s 400 millones en 2022», informó Gustavo Mariani, CEO de Pampa, en el call con inversores tras la difusión de los resultados anuales del grupo, realizado hace un par de semanas.
Precisó que, de esa cifra, u$s 120 millones es el «capex regular» (sic) que necesita Pampa para mantener sus niveles. «Significa que destinaremos u$s 280 millones a incrementar producción, tanto de gas natural, como en la expansión del parque eólico que estará conectado a inicios del próximo año», aclaró. La última referencia es a la expansión del Parque Eólico Pampa Energía III (PEPE III), proyecto de u$s 120 millones que el grupo anunció en enero.
El año pasado, las ventas netas consolidadas de Pampa crecieron 41%, a u$s 1508 millones. Tuvo aumentos del 84% en el negocio petroquímico, del 54% en petróleo y gas, 17% en generación de energía y 10% por sus participaciones en otras empresas. Registró un resultado operativo consolidado de u$s 579 millones, contra u$s 243 millones de 2021. El balance cerró con una ganancia consolidada de u$s 238 millones, que contrastó con la pérdida de u$s 367 millones de un año antes.
Lo explicó por menores pérdidas de operaciones discontinuadas (u$s 460 millones) y por las mayores ganancias reportadas por sus negocios actuales: generación eléctrica (u$s 71 millones), petróleo y gas (u$s 75 millones) y petroquímica (u$s 22 millones). Hubo otros u$s 12 millones en la línea «Holding y otros».
Mariani adelantó que, para mayo, Pampa espera haber terminado la construcción de su planta temporaria de producción -TPF, por su sigla en inglés- en Vaca Muerta, lo que significa un upgrade desde la planta de producción temprana (EPF) que hizo el año pasado.
«Con estas dos nuevas instalaciones, podremos ir de nuestros actuales niveles de producción, de 9 millones de m3 diarios, a 11 millones«, indicó. Precisó que es el compromiso de producción que la empresa asumió a partir de mayo con el Plan Gas, iniciativa de estímulo lanzada a inicios de 2021 y en la que Pampa invertirá un total de u$s 800 millones al cabo de cuatro años.
El CEO agregó que en El Mangrullo, su yacimiento emblema en Vaca Muerta, el grupo también construye una nueva PTC, de casi 5 millones de m3 diarios de gas. «Por lo tanto, en septiembre, tendremos las instalaciones listas con capacidad para producir 16 millones o 16,5 millones de m3 diarios de gas natural«, subrayó.
No obstante, aclaró que, para crecer a esos 16,5 millones, Pampa necesita subir su capex en perforación y completación. «Y eso es algo que, todavía, no planeamos, básicamente, porque, pese a que somos muy optimistas con que el nuevo gasoducto que planea el Gobierno esté listo para el invierno de 2023, todavía no se lanzó la cuarta ronda del Plan Gas, que asegurará el fluido para ese abastecerlo», explicó.
«Creemos que eso ocurrirá dentro de pocos meses porque nosotros y el resto de la industria necesitamos estar listos para tener esos 11 millones de m3 de gas que el gasoducto transportará en su primera fase«, apuntó.
Crisis y oportunidad
«Eso era una conceptualización del mercado«, respondió Mariani. Se refirió a la mentada construcción de una planta licuadora de gas en el país, ambicioso, y eterno, proyecto de la industria, reanimado en varias mentes por la suba internacional de precios que estalló en el mecado de GNL a raíz del conflicto entre Rusia y Ucrania.
«No nos podemos beneficiar en forma directa«, replicó Mariani, tras una pregunta específica de un inversor. «Ya tenemos un precio fijo, al que vendemos nuestra producción. Y con un programa que establece comopromisos de pagos y de entregas de ambas partes», amplió, en relación al Plan Gas, al que Pampa vuelca el grueso de su producción.
«Por eso, en ese frente, no hay forma de sacar ventaja de lo que ocurre estos días en el mercado de GNL«, insistió. «Pero, de una forma indirecta, esa situación ayuda«, sorprendió. «Si alguien, todavía, albergaba alguna duda de cuán necesario es un gasoducto y del enorme impacto que tendrá para el país, creo que, después de este invierno, nadie la tendrá», continuó.
Explicó que el precio al que la Argentina importará GNL este año será «extremadamente varias veces» más alto que el pagado a los productores locales. «También, enfrentamos el riesgo de que no haya tanto GNL disponible como el país necesita durante el invierno. Y eso será un problema significativo«, agregó.
Describió la oportunidad con números. A lo largo de cinco meses -que es el plazo por el que el país importa GNL-, los 4 millones de m3 diarios de gas que Pampa hará este año por encima de 2020, al precio que cobrará por esa producción (u$s 4,5 por millón de BTU), significa una factura de u$s 100 millones. «Y no recibimos dólares, sino pesos al tipo de cambio oficial», aclaró.
«Si la Argentina tuviese que pagar el mismo volumen de GNL por igual cantidad de tiempo, a los precios futuros actuales (cerca de u$s 45), serían u$s 1000 millones que la Argentina ahorraría gracias al incremento de producción de Pampa. Eso da idea de lo importante que es tener en construcción el nuevo gasoducto», resaltó el CEO de Pampa.
Antes y después del gasoducto
Mariani define al gasoducto Néstor Kirchner -como lo bautizó la actual administración, si bien el proyecto comenzó a esbozarse en el gobierno anterior- como un «game changer«. «Es muy importante para la macro de la Argentina y, también, cambia el juego para Pampa, en su capacidad de, incluso, duplicar nuestra producción. Tomará unos años pero es posible», explicó.
La empresa, explicó, podría crecer otro 60% en su producción de gas, hacia los 17 millones de m3 diarios. «Tenemos reservas de shale gas. Y, también, de tight gas. Estas son más competitivas. Serán las que mayormente desarrollaremos para ir a los 16 millones o 17 millones de m3 de gas», describió. Enfatizó que no ser una empresa con reservas 100% de sólo un tipo de gas le da una ventaja competitiva a la compañía en relación a sus competidores.
Tener el gasoducto hecho para el invierno de 2013 «suena optimista pero es factible», aseguró. «Entiendo que, teniendo en cuenta el background de la Argentina en proyectos de infraestructura, es razonable que haya dudas. Pero, desde el punto de vista financiero, el repago de este gasoducto es tan rápido… Ya era algo obvio el año pasado, con los precios de importación de GNL, Bolivia y los combustibles líquidos. Con los valores de este año, el repago será de menos de un año; en sólo unos pocos meses«, explicó.
Según Mariani, el financiamiento del proyecto no debería ser un problema. «El primer tramo, además, es de sólo u$s 1100 millones: comparado con el costo de intereses que el país tendrá este año, es sólo una fracción. Financiarlo no es el tema», observó.
«El asunto es el corto período de tiempo que tenemos hasta el próximo invierno y la situación compleja del mundo», continuó. Pero, aclaró, ve al Gobierno muy «dispuesto y comprometido» para tener el gasoducto listo para ese momento. «Para fines de este mes, se deberían estar abriendo las ofertas. Por lo tanto, si las propuestas son competitivas en términos de timing, los primeros tubos deberían instalrse en septiembre u octubre de este año«, añadió. «Siendo muy agresivos, es factible que la construcción del gasoducto esté lista entre ese momento y mayo o junio del año próximo«, pronosticó.
Reiteró que el plazo es muy ajustado pero posible. «El primer tramo, de Tratayén a Salliqueló, será un gasoducto sin compresión. Por eso el incremento es de sólo 11 m3 de gas. Una vez que tenga compresión, y esa compresión esté instalada pocos meses después, irá a 22 millones de capacidad«, describió, acerca del potencial de crecimiento que dará el caño para el salto de producción que podría hacer Pampa.
Luz roja para la onda verde
Tras el cierre de ciclo de Genelba, finalizado el año pasado, y el de la Central Térmica Barragán, de Ensenada, previsto para este año, Pampa no tiene más proyectos de generación en su pipeline, le informó Mariani a los inversores.
«Nos gustaría seguir creciendo en renovables y continuar construyendo parques eólicos», expresó. Actualmente, Pampa tiene tres parques –Mario Cebreiro, Pampa Energía II y Pampa Energía III-, con una capacidad instalada de 206 megawatts (Mw). Con la ampliación de u$s 120 millones anunciada del PEPE III, de Coronel Rosales, llegará a 287 Mw. «Pero no encontramos proyectos con rentabilidad atractiva, especialmente, por la restricción en la capacidad de transporte que las renovables sufren en estos días», explicó.
Aclaró que la Argentina necesita expandir su capacidad de transporte de electricidad para poder tener un «crecimiento significativo» en la disponibilidad de los parques eólicos.
Juan Manuel Compte
El Cronista