Opinión

«El GNL debería ser una política de Estado»

La directiva de Excelerate, líder en soluciones en gas licuado, fija postura sobre las chances del sector en Argentina y cuenta el plan de la empresa con TGS.

Gabriela Aguilar es gerenta general de Excelerate Energy para Argentina, una empresa líder en soluciones para la industria del gas natural licuado flotante y su cadena de valor en todo el mundo. La empresa opera un buque regasificador ubicado en Escobar, que días atrás estableció un nuevo récord de inyección de gas, al alcanzar los 23,3 millones de metros cúbicos (MMm3/d).

La directiva, vicepresidenta de la compañía para Sudamérica, dio su visión sobre el contexto del gas en Argentina y explicó cuáles son las alternativas que considera viables para dar respuestas al atolladero de la macroeconomía y los meses de más baja demanda interna. “El GNL debe ser una política de Estado”, define.

–¿Cómo impactaron las medidas del dólar en Excelerate en Argentina?

Tenemos una situación económica financiera muy saludable, en el contexto de una presencia global de la empresa. En nuestro caso, es una variable más a tener en cuenta en Argentina. Este año supimos incrementar nuestra flota con un barco más, con una inversión de 400 millones de dólares. Crecimos en la crisis. Seguimos trabajando con muchos temas y proyectos, a pesar de las situaciones adversas. En Argentina, logramos un nuevo récord de regasificación, con 23,3 millones de metros cúbicos diarios. Y seguimos trabajando con muchos proyectos.

–¿Cuáles?

Luego de nuestra colaboración con YPF en la barcaza Tango (por el proyecto de licuefacción de la petrolera argentina), seguimos trabajando con TGS con el proyecto de licuefacción. La realidad es que los productores siguen teniendo esa cuestión irresuelta de la estacionalidad de la demanda interna en el verano. Seguimos trabajando técnicamente, hasta que podamos tener cerrado un proyecto de una planta de licuefacción de más baja escala que nos permita tomar una decisión de inversión.

–¿La baja escala del GNL es la clave para salir de los límites que impone la macro?

Empezamos a pensarlo hace varios años. Creo que lo virtuoso es el expertise de TGS y el conocimiento de Excelerate en el off shore del GNL. Vemos que los proyectos grandes son muy importantes. Argentina debería abordarlos como una cuestión de Estado. El tema central es cómo llegar a eso.

–¿Y cómo se llega?

Por nueve meses al año, los productores argentinos no tienen dónde evacuar. Es una pérdida de valor para el país. En la medida en que no hay demanda, hay una canibalización del precio y empieza a jugar quién cierra yacimientos. Esto tiene un efecto en términos macroeconómicos. Hay que mirar a toda la industria en su conjunto.

–¿Y en qué consiste el plan de Excelerate?

El proyecto es escalable, empieza con una planta de 4 millones de m3/d (MMm3/d) que es escalable, y se van sumando módulos. Hasta 16 MMm3 es viable. Un primer paso se puede hacer hoy con la capacidad de transporte existente.

–¿Y los mercados?

Se piensa siempre en el cliente chino, ¿no? Pero la verdad es que puede ser el mercado regional, o la misma Argentina, regasificando río arriba de Escobar (provincia de Buenos Aires). Y el otro tema: esto es complementario de los gasoductos, cuando se mira a Brasil o Chile.

–¿Cómo se financiaría?

Estamos en la prefactibilidad. Una planta de este tipo cuesta unos 400 millones de dólares. Se hace en 24 meses. Se piensa en un plan de los nueve meses en los que baja la demanda. Pero sin duda que lo ideal es tener opciones de 12 meses para seguir bajando los costos de forma considerable. Estamos trabajando en el financiamiento con TGS y Excelerate y en diálogos con los productores. Pensando con organismos multilaterales también. Esto podría ser parte del lanzamiento para el resto. Hay reservas para Chile, para licuar en el Atlántico, para salir a varios destinos. Pero todo se conecta a una política de largo plazo. El mercado de hidrocarburos no está compuesto por capitales golondrina. Las empresas petroleras piensan inversiones de largo plazo. Y permanecen en los mercados por muchos años. Donde haya posibilidades de exportar, donde se llegue a una decisión respecto de las prioridades de los mercados internos y exportaciones. Eso es crítico. Si se tiene que pedir permisos de exportaciones para cada cargamento, ahí se puede fallar en la posibilidades financiamiento multilateral. No hay certezas de poder ofrecer ese gas al mercado si lo que se busca es exportar. Pensás en un cliente chino al que le aseguraste 10 cargamentos por año y no sabés si vas a poder cumplirlos. Estas cosas se miden por certezas.

-¿Qué tipo de opciones ve en el mercado regional?

El otro día veía una presentación del 2003 en la inauguración del gasoducto cruz del sur. Proyectando la integración regional en el 2015. Nada de eso sucedió. Pero lo triste son las oportunidades perdidas. La cantidad de gasoductos construidos entre argentina Chile, Uruguay y Brasil. Podía haber un flujo regional de 150 millones, se podría duplicar la producción argentina actual. La demanda sigue estando allí. Esas oportunidades, yo soy optimista, siguen estando. Sólo tienen que tener el marco jurídico adecuado y las garantías de abastecimiento. Ese es el gran paso que hay que dar.

Por Fernando Castro
La mañana en Neuquén

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