Petróleo y Gas

Petroleras locales acumulan pérdidas por más de $33.000 millones

El derrumbe de la venta de combustibles y las medidas tomadas por el Gobierno para controlar el Covid-19 impactaron fuerte en las operaciones

Siguiendo el mismo camino que YPF, las principales petroleras argentinas acumularon pérdidas por algo más de $33.000 millones en los primeros nueve meses del año, también afectadas por las consecuencias económicas que la pandemia del Covid-19 dejaron en el negocio de los hidrocarburos.

Si bien están lejos del rojo por $220.000 millones que registró la petrolera estatal entre enero y septiembre pasados, tanto Pan American Energy (PAE), como Vista Oil & Gas sufrieron una performance negativa durante el mismo período.

En el caso de la compañía controlada mayoritariamente por la familia Bulgheroni, sus pérdidas ascienden a $28.058 millones, contra una ganancia de $5911 millones de igual lapso del año pasado. En tanto, la empresa propiedad del ex CEO de YPF, Miguel Galuccio, acumuló un resultado negativo de $5638 millones en comparación con una ganancia de $392 millones entre enero y septiembre del 2019.

Se trata de dos de las principales compañías de hidrocarburos de la Argentina, según una lista de operadoras líderes que habitualmente elabora el Instituto Argentino de la Energía General Mosconi.

Entre las productoras se encuentra YPF (48% de market share) y que aumentó su producción acumulada en el último año 8,2%. En este segmento es seguida en el segundo lugar por PAE, con 37%, mientras que en tercer lugar figura Tecpetrol (20%), una de las pocas que arrojó un resultado positivo en el período por $3275 millones entre enero y septiembre pasados.

De todos modos, según datos del diario Río Negro, debería integrar ese ranking Vista Oil & Gas, dado que en noviembre del año pasado habría superado la producción de Tecpetrol con 18.300 barriles diarios. Sin embargo, el salto fue muy reciente para que lo incorporen los números del acumulado de 2019.

En cuanto a la producción de gas, también es encabezado por YPF, que produce el 30% del total, seguida por Total Austral y por PAE con el 11,1% del total.

Por qué cayó el negocio de los hidrocarburos

En casi todos los casos, las medidas de confinamiento social por la pandemia del coravirus provocaron importantes impactos en los negocios de estas compañías, afectadas, entre otros motivos, por la disminución de la demanda de combustibles, lo que aumentó las reservas de petróleo y presionó los precios internacionales a la baja, llegando incluso a niveles negativos en abril pasado.

De hecho, este complejo escenario generó problemas también en YPF que la llevaron a acumular en los primeros nueve meses del año una pérdida neta por u$s1637 millones, aunque con un mejoramiento de su desempeño en el tercer trimestre cuando su rojo fue de un poco más de u$s480 millones respecto a las pérdidas netas por u$s1.258 millones que registró en el segundo trimestre de este año.

Según el management de la compañía, las decisiones adoptadas desde abril le permitieron mejorar ingresos, mantener costos bajo control, preservar la caja, despejar el futuro financiero y recuperar gradualmente la actividad, con un impacto positivo en el EBITDA (resultado antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) que mejoró en el tercer trimestre.

En el caso de PAE y Vista Oil, no se registraron mejoras parecidas a las de la petrolera estatal, teniendo en cuenta los balances que ambas empresas presentaron a la Comisión Nacional de Valores (CNV) y a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y en los cuales hacen referencia a los efectos de la pandemia del Covid-19 en sus operaciones locales.

La caída en la demanda global impactó negativamente en el precio del petróleo.

Por caso, desde PAE indican cómo la disminución de la demanda impactó en el precio del petróleo, obligando a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y a los principales países productores a llegar a un acuerdo para implementar nuevos recortes a la producción tendientes a morigerar la caída de los precios por la baja en el nivel de actividad.

A partir de este acuerdo, por el término de dos años se reduce la producción que comenzó en junio pasado y que finaliza con un período de 16 meses en el que la reducción sería de 5,8 millones de barriles diarios.

Como consecuencia del pacto, se ha observado una recuperación del precio del barril de petróleo, con un valor promedio actual de u$s49 por barril.

Impacto de medidas del Gobierno

También varias medidas domésticas tomadas por el gobierno de Alberto Fernández para combatir la pandemia causaron efectos negativos en el sector.

Un caso es el Decreto N° 488/2020 mediante el cual las entregas de petróleo hasta fin de año deben ser facturadas por las productoras y pagadas por las refinadoras y comercializadoras tomando como un precio de u$s45 por barril, ajustado para cada tipo de crudo por calidad y puerto de carga. Ese valor de referencia quedó sin efecto el 26 de agosto de 2020 cuando la cotización internacional superó el monto establecido por 10 días consecutivos.

Sin embargo, durante la vigencia del barril doméstico, las productoras debieron sostener los niveles de actividad y producción registrados en el 2019 tomando en consideración la situación de contracción de la demanda local e internacional y aplicando idéntico criterio a los contratos con empresas de servicios regionales y trabajadores pero sin poder acceder al mercado de cambios para la formación de activos externos ni adquirir títulos valores para su posterior venta en moneda extranjera o transferencia de custodia al exterior.

A esto se le suma que las refinadoras y comercializadoras debieron adquirir el crudo a las productoras locales contemplando la calidad requerida en sus procesos de refinación, con la prohibición de importar productos que se encontraran disponibles en el mercado interno.

Hubo otras medidas adicionales adoptadas por las autoridades para evitar males mayores al sector como el establecimiento de una alícuota de 0% para el cálculo de los derechos de exportación de petróleo crudo, derivados y gas natural cuando el precio internacional sea igual o inferior a u$s45 por barril y del 8% cuando el precio internacional sea igual o supere el valor de referencia de u$s60 por barril.

Desde el sector afirman que algunas medidas del Gobierno contribuyeron a la mala situación.

En el caso de la comercialización de combustibles, los precios en las estaciones de servicio se ajustaron por primera vez en el año durante el tercer trimestre, 4,5% el 21 de agosto y 4% el 22 de septiembre. Luego, hubo otros retoques de 3,5% el 17 de octubre y 3,5% el 24 de noviembre.

A pesar de las medidas tendientes a limitar las consecuencias negativas del coronavirus en el sector de los hidrocarburos, en el caso de PAE aseguran haber sufrido una disminución en los precios de exportación comparados con el 2019; reducción en el volumen de ventas de productos refinados en el país, pertenecientes al segmento downstream por un 20%.

En el comunicado enviado a la CNV, desde la petrolera igualmente aseguran haber «implementado las medidas necesarias para no ver afectada significativamente su producción», además de haber obtenido dispensas para poder hacer frente a sus compromisos financieros a partir de ciertas modificaciones de los plazos de pago inicialmente pactados.

«El entorno económico actual y las perspectivas de riesgo futuro han sido considerados al revisar y actualizar las estimaciones de las previsiones y provisiones, y hasta la fecha de emisión de los presentes estados financieros intermedios condensados, la sucursal no ha experimentado retrasos significativos en la cadena de abastecimiento, ni ha evidenciado problemas para acceder a financiamiento o para hacer frente a las obligaciones asumidas«, asegura el informe de PAE.

La petrolera agrega que el impacto económico total del Covid-19 está aún sujeto a una incertidumbre significativa debido a que la información prospectiva actualmente disponible es limitada. Añade que sus actividades se exponen a diversos problemas financieros como riesgo de mercado (incluyendo tipo de cambio, tasa de interés y de precio); riesgo de crédito y riesgo de liquidez.

«La Sucursal evaluará durante el resto del ejercicio 2020 el impacto de la evolución de los hechos anteriormente mencionados y de aquellos que se puedan producir en el futuro sobre el patrimonio y la situación financiera y sobre los resultados de sus operaciones y los flujos de efectivo correspondientes al mismo», detalla el documento.

En el caso de Vista Oil, debió iniciar un proceso de reestructuración de su deuda en julio pasado, solicitando nuevos acuerdos para cancelar el pago de u$s75 millones durante este año y el 2021. A esto le sumó la firma de préstamos adicionales por u$s25 millones con el Banco Macro para refinanciar deuda a 12 meses, y otro crédito con el BBVA Argentina en pesos por el equivalente a u$s5 millones para el mismo objetivo. Del mismo modo, cerró varios acuerdos para cancelar otros u$s45 millones de un préstamo sindicado.

En el informe que el directorio de Vista Oil envió a la CNV se detalla la situación de inestabilidad que sufrió por los mismos hechos descritpos en el documento de PAE, vinculados a los efectos globales de la pandemia del Covid-19 y a las medidas tomadas por el gobierno nacional.

«El directorio supervisa periódicamente la posición de efectivo de la sociedad y los riesgos de liquidez a lo largo del año para garantizar que tenga fondos suficientes para cumplir con los requisitos de financiación operativos y de inversión previstos», destacan desde Vista Oil.

Por Andrés Sanguinetti
iProfesional

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