Petróleo y Gas

Los dueños de Edesur ahora analizan no vender la distribuidora

A partir de los planes del gobierno libertario para normalizar el sector energético y readecuar las tarifas, el grupo italiano se quedaría con la compañía

El cambio de paradigma que el gobierno del presidente Javier Milei le quiere imprimir a la Argentina, pasando de una economía regulada al libremercadismo, haría que los dueños de la mayor distribuidora de energía eléctrica den marcha atrás con su plan de desprenderse de la compañía energética.

Se trata del Grupo Enel, propietario de Edesur, empresa que provee de electricidad a 2,5 millones de clientes en Capital Federal y gran parte de la provincia de Buenos Aires y que en noviembre del 2022 había sido puesta a la venta al mejor postor.

En ese momento, el holding italiano pretendía desprenderse de casi todos sus activos en Argentina en el marco de un proceso global de reducción de su estructura, pero que también tenía condimentos domésticos como la política energética del gobierno kirchnerista y los cepos impuestos por años a los aumentos de las tarifas. Sin contar que la inflación y los costos se disparaban mes a mes, sumadas a las recetas surgidas del núcleo ideológico del movimiento que lidera Cristina Kirchner, proclives a ejercer un fuerte poder del Estado sobre el sector, controlando hasta la rentabilidad de las empresas que participan del negocio.


Inyección de fondos: Enel sostiene a Edesur con millonaria inversión

De hecho, en los últimos cinco años, Enel invirtió alrededor de u$s850 millones para poder sostener las operaciones y las inversiones de Edesur que acumulaba año tras año balances en rojo.

En ese momento, la salida del grupo Enel no se limitaba sólo a la Argentina sino también a Perú y Rumania para, en América Latina, enfocarse en Brasil, Chile y Colombia, mientras que en Europa el objetivo era seguir en Italia y España.

Enel es una empresa privada, que cotiza en las bolsas de Milán y Nueva York, y tiene como accionista mayoritario al Estado italiano (posee el 27% de las acciones). El resto está en manos privadas de inversores institucionales, entre los que se encuentra el fondo BlackRock.

En noviembre del 2022, el grupo Enel le había puesto cartel de venta a Edesur, que provee de gas a 2,5 millones de clientes.

Hasta un mes antes de las elecciones presidenciales locales que empoderaron a Javier Milei como nuevo presidente del país, el grupo mantenía su objetivo de iniciar el proceso de venta de Edesur en marzo próximo. De hecho, ya habían vendido sus activos en el área de generación eléctrica y térmica a Central Puerto por u$s102 millones.

El holding europeo tenía definido que reactivaría el proceso de venta que fue suspendido debido a que la incertidumbre política generaba dudas entre los posibles interesados, más que nada del exterior.

Hasta se esperaba que retomara el proceso este mes de diciembre con el objetivo de cumplir con la meta de desprenderse de Edesur antes de que finalice marzo, tal como ya había establecido en su plan inicial de reducción de sus activos a nivel internacional.


Energía: Enel ve con buenos ojos las medidas de Milei

En el medio, algo cambió. La política energética que el gobierno libertario está comenzando a imponer es favorable a los negocios del grupo y ayudaría a reactivar las arcas de Edesur, a partir de la renegociación de un nuevo contrato de concesión y de la liberación de las tarifas.

En este sentido, el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) ya convocó a una Audiencia Pública para el viernes 26 de enero próximo en la cual tanto Edesur como Edenor presentarán sus propuestas con miras a una adecuación transitoria pero importante para el servicio público de distribución de energía eléctrica.

Con este marco diferente al que sufrieron durante los gobiernos kirchneristas y el de Alberto Fernández, los máximos ejecutivos de Enel en la Argentina se reunieron con Milei antes de que el Presidente emprendiera su viaje al foro de Davos.

El año pasado, Enel le vendió sus activos en el área de generación eléctrica y térmica a Central Puerto por u$s102 millones.

El encuentro fue este lunes 15 de enero en uno de los salones del Aeropuerto de Ezeiza, donde el CEO Global de Enel, Flavio Cattaneo, admitió la «comodidad» del holding italiano con el nuevo escenario político y económico que se plantea en la Argentina libertaria, lejos del intervencionismo estatal de los últimos años y que la había llevado a decidir salir del país.


Estrategia libertaria

Según la crónica del cónclave, los ejecutivos se mostraron optimistas con lo que escucharon de Milei, en especial su compromiso de respetar los contratos y la defensa de la propiedad privada como un valor necesario para apalancar la inversión y desarrollo del país, algo que parece normal en el mundo pero en Argentina no se ha dado en los últimos años.

También fueron receptivos a las ideas que el líder libertario les transmitió sobre su estrategia para recuperar el sector de energía eléctrica, liberalizar el mercado y regularizar la herencia del pasado, tanto en distribución como en la generación hidroeléctrica.

Las fuentes que participaron de la reunión contaron que, con este nuevo panorama, Enel podría repensar los planes de salir del país, lo cual claramente significa que darán marcha atrás con la venta de Edesur teniendo en cuenta que las medidas que impulsa el Gobierno van en la línea con lo que hacen los demás países y dejará a Argentina más competitiva y atractiva para las inversiones.

«Está la posibilidad de que finalmente Enel de marcha atrás con el proceso de desinversión en Edesur a partir de lo conversado en esa reunión con Milei», asegura una fuente del mercado consultada, al tiempo que desde la propia compañía no descartan esta decisión.

En la reunión de Ezeiza también participaron Alberto de Paoli, Director de Enel para el área Internacional (excepto España) y Claudio Cunha, Country Manager Argentina, mientras que por el gobierno lo hicieron Nicolas Posse, Luis Caputo y Karina Milei.

La política energética que Milei y su equipo está comenzando a imponer ayudaría a reactivar las arcas de Edesur.


Historial negativo

Hasta antes de este encuentro, Enel había contratado al banco español Santander para encargarse del proceso de cambio accionario y se habían sumado varios interesados en quedarse con Edesur, la mayoría de origen local como el Grupo Werthein; actuales dueños de todos los activos de Direct TV en América latina; el empresario Alejandro Macfarlane, titular de Disvol, la sociedad que controla la distribuidora de gas Camuzzi; Electromecánica (EMA), sociedad vinculada al sector energético y el Banco Piano. También, se mencionó al Grupo Olmos, dueño de multimedios argentinos, que hasta ahora vienen desmintiendo su interés.

La idea era que una vez que el Santander recibiera las propuestas en firme, se conformaría una short list con los candidatos más factibles, no sólo por la oferta monetaria sino también por la participación que tengan en el negocio energético local o internacional.

En ese momento, Enel no tenía intenciones de seguir en el país, agobiada por las estrategias energéticas de los sucesivos gobiernos kircnheristas que deterioraron la ecuación financiera de la distribuidora.

Es más, en los últimos 10 años solamente obtuvo ganancias en tres períodos, aunque en el 2022, su resultado fue positivo, pero gracias a un acuerdo con el Gobierno por millonarias deudas cruzadas, ya que ni siquiera los últimos aumentos restringidos otorgados por la Secretaría de Energía de la Nación han servido para mejorar sus cuentas.

Incluso, se convirtió en la distribuidora de servicios públicos que mayor dinero perdió en la Argentina, que tiene las tarifas más bajas del país y de Latinoamérica y la que más cortes de luz ha generado en su zona de influencia, como el de principios de febrero del año pasado que volvió a causar una fuerte disputa con el gobierno de Alberto Fernández que llegó hasta la amenaza de anular la concesión de la compañía.

En los últimos 10 años, Edesur obtuvo ganancias en tres períodos, aunque en el 2022, su resultado fue positivo por un tema contable.

Con este escenario, la empresa debió además financiar costos de obras y mantenimiento que no dejan de aumentar, así como los gastos de materiales, contratos con terceros y las subas salariales pactadas con el gremio del sector.

Por Andrés Sanguinetti

iProfesional

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