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Las reconversiones a GNC se mantienen en baja

Las fuertes subas en los combustibles afectan cada vez más a las familias, sin embargo, estrategias que fueron un boom en algún momento, como la reconversión a GNC no resultan tampoco rentables y provocan una caída en el sector.

El primero de octubre del 2022, los mendocinos se encontraban con nuevos valores en las pizarras de las estaciones de servicio. Si bien se pensaba que el incremento rondaría el 4%, lo cierto fue que se aplicó un 6%, llevando la nafta súper en YPF de $135,8 a $ $143,8. Tras el aumento se realizó un acuerdo con el Gobierno nacional para incorporar este producto esencial en el programa Precios Justos y, a partir de allí, se comenzaron a establecer subas mensuales que dieron una estocada final en la última semana con un alza del 12%. De esta forma, ahora el valor de un litro de nafta se encuentra en $271.

A pesar de este desalentador panorama, la reconversión de los vehículos al sistema de GNC se ha mantenido amesetado en los últimos años y hasta ha sufrido una caída en cuanto al parque automotor que utiliza este combustible en Mendoza. La situación, que ha provocado una crisis en el sector, se debe a varios factores y no escapa a la crisis inflacionaria que sufre el país.

Gustavo Salomón, asesor de Amena (Asociación Mendocina de Expendedores de Nafta y Afines) confirmó lo que en los talleres ya se viene viviendo desde hace años: cada vez menos autos deciden reconvertirse al GNC. Sin embargo, ponderó los beneficios que genera este tipo de combustible y lo consideró “de transición” hacia los métodos más amigables con el medioambiente.


Los ejes centrales de la caída

“El boom del GNC se dio en 2003 y 2004. Ese fue el momento de mayor demanda. Luego, algunos meses antes de la pandemia hubo un repunte y se renovó el interés, pero después cayó”, aseguró Salomón, quien adjudicó esta crisis a diversos factores: “En la época de mayores conversiones, la relación entre la nafta y el GNC era considerable y ahora es mucho menor”. Es que, según sus estimaciones, en ese momento un peso de nafta súper se podía reemplazar invirtiendo solo 35 centavos en gas.

Sin embargo, este panorama se modificó y, a pesar del aumento que han sufrido los combustibles líquidos, el GNC ha acompañado la tendencia alcista haciendo que, actualmente, esa diferencia se reduzca se requieran 50 centavos. Esto, según Salomón, provoca que, quienes busquen economizar en transporte evalúen mejor sus opciones debido a que el tiempo de amortización es mayor.

Por otro lado, impacta de forma considerable en el sector es que el valor de los equipos se encuentra dolarizado. Allí, además empieza a jugar un rol protagónico la falta de financiamiento o los altos intereses de financiación que proponen los bancos. “Cuando una persona tenía la posibilidad de financiar en 12 meses sin interés el equipo, la cuota casi se pagaba sola con lo que se ahorra”, indicó Salomón.

El tercer eje que explica la caída en el interés respecto al GNC es el avance tecnológico que ha encarado la industria automotriz, la cual busca hacer un transporte más eficiente en cuanto al consumo de combustible.


Un sector en crisis

Salomón explicó que debido a la crisis varias estaciones debieron cerrar mientras que los talleres “sobreviven” gracias a la renovación de obleas. Sin embargo, esta última también comienza a mostrar su deterioro. Los números hablan por sí solos: Mendoza contaba en 2015 con 140 mil vehículos con sistema GNC, mientras que en la actualidad esa cifra cayó a 115 mil. Es decir, es mayor la cantidad de autos que abandonan este combustible que los que se suman.

Para enfrentar este contexto, el sector busca en los entes gubernamentales un salvavidas. Algunas experiencias incluso han sido exitosas, es el caso del transporte de pasajeros o de carga. Uno de estos casos fue la adquisición, en diciembre del 2022, de 20 unidades de micros de la línea 20 que utilizan GNC.

“El futuro del GNC está en la conversión de la flota de buses, de camiones; lo que sería la flota pesada. Ya hay en desarrollo algunas propuestas”, explicó el dirigente y detalló una serie de beneficios que aporta este tipo de combustibles si se aplica a la gestión pública, es por eso que también llamó a realizar un proceso de modificación, desestimando la utilización del diésel, ya que este tipo de vehículos no se pueden reconvertir.

“En cuestiones económicas, es mucho más barato el GNC que el diésel, porque incluso este último está más caro que la nafta. Allí ya tenemos un ahorro. Además, se cuenta con una red de abastecimiento grandísima con 1.400 estaciones en todo el país y 150 en Mendoza. A esto hay que sumarle que se trata de un combustible más amigable con el medioambiente ya que las emisiones de dióxido de carbono a la atmosfera son menores, hasta un 30%”, aseguró Salomón al exhortar a las entidades a apostar por la utilización de este sistema. Al finalizar, señaló que esto también permitiría, desde el ámbito social, mantener muchos puestos laborales que hoy están en riesgo.

Por Andrea Pellicer

MDZ

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