La demanda de combustibles fósiles tocará su pico esta década
El mundo se acerca a un «momento crucial» y la «edad de oro del gas» está llegando a su fin, augura la Agencia Internacional de Energía
La Agencia Internacional de Energía dijo que la invasión de Rusia a Ucrania acelerará un pico en el consumo mundial de combustibles fósiles y, ahora, se espera que la demanda de gas se una a la de petróleo y carbón para alcanzar su punto máximo cerca del final de esta década.
Fatih Birol, jefe de la AIE, dijo que el mundo se acercaba rápidamente a un «momento crucial en la historia de la energía» a medida que la demanda de combustibles fósiles que sustentó la economía moderna desde el advenimiento de la evolución industrial se acerca a un punto de inflexión.
«Después de un rápido crecimiento en el consumo de gas en los últimos 10 años, creemos que la edad de oro del gas está llegando a su fin», dijo Birol en una entrevista. «Junto con la disminución del carbón y el petróleo que ya esperábamos, ahora vemos un pico alrededor de 2030 para todos los combustibles fósiles».
La AIE dijo en su informe anual World Energy Outlook, publicado semanas atrás, que ahora prevé que las inversiones en energía limpia aumenten alrededor de un 50% para finales de la década, a u$s 2 billones al año, o más del doble de la cantidad invertida hoy.
Birol dijo que las políticas energéticas estaban evolucionando rápidamente en parte para contrarrestar las consecuencias de la decisión de Rusia de convertir en arma sus suministros de gas a Europa en represalia por el apoyo occidental a Ucrania. El jefe de la AIE describió el cambio de política como algo que repercutiría en las «próximas décadas».
Pero el organismo, fundado a raíz de los embargos petroleros árabes de los ’70 para asesorar sobre seguridad energética, advirtió que las inversiones verdes deben aumentar aún más rápido, a u$s 4 billones anuales para 2030 si se quieren cumplir los objetivos de «cero neto».
Los grupos ambientalistas dijeron que el pronóstico agregaría impulso a los intentos de limitar la producción en nuevos proyectos de combustibles fósiles. «Ya está escrito en la pared de los inversores, incluido para el gas nuevo», dijo Mark Campanale, fundador de Carbon Tracker Initiative.
Si bien Birol elogió el impacto de la Ley de Reducción de la Inflación de los Estados Unidos y los planes Fit for 55 y REPowerEU de la UE para acelerar la transición, aún queda mucho por hacer. Particularmente, en las economías en desarrollo, donde la demanda de gas y otros fósiles puede seguir creciendo.
Pero en China, el mayor consumidor mundial de hidrocarburos, se espera que la demanda de carbón y petróleo alcance su punto máximo antes de finales de esta década gracias a las grandes inversiones en energía renovable. Si bien la AIE espera que las emisiones globales alcancen su punto máximo para 2025, se mantendrían muy por encima de los niveles necesarios para limitar el aumento de las temperaturas promedio a 1,5 grados centígrados, según lo previsto en el acuerdo climático de París, que entró en vigor en 2016.
La demanda de fósiles disminuiría solo «de manera constante desde mediados de la década de 2020 hasta 2050 en un promedio anual equivalente a la producción de por vida de un gran campo petrolero».
Birol dijo que Moscú demostraría ser el «perdedor» de la guerra energética que había iniciado en Europa. La AIE pronosticó que la participación del país en la energía comercializada internacionalmente disminuiría de alrededor del 20% actual al 13% para 2030.
Todavía se esperaba que este invierno (boreal) y el próximo fueran un desafío para los países que dependían de Rusia, a pesar de la reciente caída en los precios del gas. Si bien los miembros de la UE llenaron las instalaciones de almacenamiento casi a su capacidad para este invierno, Birol dijo que aún quedan desafíos para más allá de la primavera de 2023. «En ausencia de un invierno inusualmente duro o una gran sorpresa, pasaremos este invierno con algunos contusiones económicas y sociales. Pero, cuando llegue marzo, solo tendremos alrededor del 25% de nuestro almacenamiento de gas lleno y… ¿cómo vamos a volver a llenarlo?».
Por David Sheppard
El Cronista