Petróleo y Gas

Gas: Aseguran que las negociaciones con Bolivia están estancadas

El plazo para definir una nueva adenda vence el mes que viene. Pese a los anuncios de nuevos descubrimientos en el Altiplano, las gestiones no habrían avanzado.

Las gestiones para que Argentina y Bolivia lleguen a un nuevo acuerdo en torno a las entregas de gas natural no están en el mejor momento, y si bien el gobierno de Luis Arce anunció el descubrimiento de un nuevo pozos productor, desde este lado de la frontera se asegura que las negociaciones están estancadas.

El contrato de importación de gas desde Bolivia se pactó en 2006 cuando Argentina atravesaba una fuerte crisis de suministro y sin tener aún a la vista el potencial de Vaca Muerta. El plazo de ese contrato es de 20 años, es decir que rige hasta el 2026.

Desde el 2010 se pactó una serie de adendas que modificaron los volúmenes y condiciones del contrato, que en síntesis redujo la cantidad de gas que Bolivia entrega a raíz del declino productivo que vive ese país. La adenda firmada el 31 de diciembre de 2020 finalizaba junto con el 2021, pero fue extendida en dos oportunidades a la espera de llegar a un mejor acuerdo para Argentina, que en este invierno necesitará de más gas de Bolivia.

La primera extensión fue de un mes y venció el 31 de enero, antes de esa fecha y sin llegar a un acuerdo pleno, las partes pactaron una segunda extensión, hasta el 31 de marzo, y en ese plazo de negociación se acordó que desde Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) se entregarían volúmenes menores a los que rigieron el año pasado, pero sobre la línea justa de lo que necesita Argentina.

A casi un mes de esa segunda extensión, fuentes del gobierno nacional al tanto de las negociaciones revelaron que las gestiones están estancadas y que pese al anuncio que realizó el presidente Arce del descubrimiento de un nuevo pozo productor, no se habrían dado nuevos ofrecimientos de parte de YPFB.

El punto de la discordia está precisamente en la cantidad de gas que Bolivia pueda entregar en el invierno, ya que cada molécula de menos que envíe sobre los 14 millones de metros cúbicos diarios que rigieron el año pasado hará que el gobierno de Alberto Fernández deba salir a buscar un reemplazo para ese gas que en todos los casos será más costoso.

La primera alternativa que desde Nación se ha realizado, como se vio en los días de la ola de calor, es la importación de gasoil que implica un salto de más del doble en relación con el precio que se paga a Bolivia por su gas.

La segunda opción es aún más costosa y es la importación de más gas natural licuado (GNL) que en estos días cotiza a unos 20 dólares por millón de BTU.

En enero los negociadores de YPFB llegaron a ofertar el envío de solo 9 millones de metros cúbicos por día para este invierno, un caudal que pondría a Argentina entre la espada y la pared, ya no solo por el costo de las importaciones, sino incluso porque la capacidad de los dos buques regasificadores que funcionarán en el invierno es limitada, e incluso el año pasado operaron al tope de su capacidad.

Desde Bolivia se da cuenta de que el nuevo pozo perforado con éxito en la zona de Margarita podría producir hasta 3 millones de metros cúbicos por día que se destinarían precisamente al cumplimiento del contrato con Argentina, aunque esos anuncios no fueron ratificados como hechos concretos en las negociaciones por la sexta adenda que se espera retomar en estos días.

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