Estaciones, dejar de aceptar tarjeta de crédito podría traer más cierres
Con números en rojo, el negocio pierde rentabilidad desde hace años. A los altos costos de operación, se suma ahora la posibilidad de dejar de aceptar pagos con tarjetas de crédito. En 2022, se calcula que cerraron 400 estaciones de servicio
Los dueños de estaciones de servicio siguen sin recuperarse del golpe de la pandemia, con números en rojo. En un contexto en el que aseguran que la mitad no llegan al punto de equilibrio y pierden rentabilidad, alertan que «los altos costos de operación ponen en riesgo la continuidad de numerosas estaciones».
A esta compleja situación se suma un conflicto histórico, que volvió a estar en agenda: la pelea con las emisoras de plásticos para reducir el monto de las comisiones y el plazo de acreditación del dinero. En el sector hay incertidumbre.
Aunque definirán si dejarán de aceptar este método de pago en una reunión el 9 de febrero-, advierten el alto impacto que tendría en el negocio dejar de aceptar tarjetas de crédito y anticipan que este combo explosivo podría traducirse en cierres de bocas de expendio. Hacia final de 2022, el sector estimó que el año terminaría con 400 menos.
Para algunos estacioneros -sobre todo los que están ubicados en barrios de grandes ciudades- las operaciones con esta modalidad de pago representa el 50% de la venta de combustibles, cuando hasta hace unos años significaba el 30%. El grueso corresponde al dispendio de nafta y clientes ‘fieles’.
Y aunque muchos optaron por seguir aceptando tarjetas de crédito -especialmente en vacaciones de verano, donde aumenta la demanda-, estiman que un 5% de estaciones del país dieron de baja esta opción, porque prefieren vender menos, pero tener efectivo en mano. Así explicó Guillermo Lego, gerente general de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha).
La entidad nuclea a federaciones y cámaras de expendedores de combustibles de 17 regiones del país, que representan a estaciones de bandera (las que tienen contratos de exclusividad con una distribuidora de combustible) y las denominadas «blancas» (aquellas que no están identificadas con ninguna petrolera). La mayoría son empresarios pyme, muchos dedicados al negocio desde hace décadas, de los cuales dependen 60.000 familias.
«Se profundiza el descalce entre la renta y los costos. El 60% de estos últimos corresponden a la fuerza laboral. Aunque estamos más de un 7% arriba en ventas respecto de la prepandemia, los gastos crecen al ritmo de la inflación. Casi el 50% de las estaciones están comercializando menos de 300.000 litros mensuales, con ventas por debajo del punto de equilibrio«, describió Lego.
Estaciones de servicio versus emisoras de tarjeras de crédito: se tensa la pelea
Según Cecha, si bien la pelea con las emisoras de plásticos no es nueva, en los últimos meses se tensó por la creciente inflación y la necesidad de los clientes de financiar los consumos. «Por cada $ 1000 que vendemos, la petrolera nos bonifica un 8%. Es decir, $ 50. Pero si el pago se realiza con tarjeta de crédito, el margen de utilidad bruta baja a $ 30, por el arancel y los impuestos que se cobran», detalló Lego.
En este escenario, de acuerdo al ejecutivo, resulta cada vez más difícil sostener la operación. «Hay un periodo de tiempo amplio que afecta al financiamiento del punto de venta entre que el camión entrega el combustible, el cual debe pagarse en el momento; y entre que percibe el cobro de las operaciones que se hicieron con tarjeta, que tiene lugar recién a los días», explicó.
La confederación no descarta que más estacioneros dejen de aceptar tarjetas de crédito. En el próximo encuentro, la entidad instará a las federaciones y cámaras que la integran que el camino a seguir sea adoptado de forma unánime por los asociados. Pero lo cierto es que cada uno tendrá libertad de determinar qué hacer.
En un contexto de congelamiento de precios, muchos apostaron por generar más volumen de ventas, para compensar la pérdida que tienen en las operaciones con tarjeta. Pero se toparon con otro escollo: los cupos acotados de la disponibilidad del producto debido al escaso abastecimiento.
Qué les reclaman las estaciones de servicio a las emisoras de tarjetas
Para Cecha, la problemática con las emisoras tiene que encontrar «una solución de fondo». Por eso, presiona para que la situación tome estado parlamentario en las próximas sesiones ordinarias del Congreso: insistirá en que se modifique la ley 25.065, apalancándose en el fallo judicial que obtuvo la sede asociada de Santa Fe de la Federación Argentina de Expendedores de Naftas del Interior (Faeni), que ordenó la reducción del arancel a 0,5% y el reintegro a tres días.
Los pedidos de Cecha son dos: bajar los porcentajes de comisión actuales de entre 1,3% y 1,5% a un rango de entre 0,5% y 0,8%, como en Brasil, Chile y Uruguay; y reducir el plazo de acreditación de 10 días hábiles (que se extiende a un periodo de casi 15 días) a 48 horas.
«En un país inflacionario como la Argentina, es incomprensible que se acredite el dinero tan tarde. Frente al posible cierre de estaciones, estamos gestionando todos los reclamos necesarios para evitar que ello ocurra«, apuntó Lego.
De las más de 5200 estaciones de servicio que hay en el país, YPF está exenta de esta problemática y su red de más de 1600 bocas de expendio seguirán aceptando el pago con tarjeta de crédito. La petrolera aclaró que no registró inconveniente con esta modalidad, teniendo en cuenta que tiene un régimen diferente.
«La totalidad de la red de estaciones de servicio de YPF -propia y abanderada- cuenta con el beneficio de acreditación anticipada de las operaciones efectuadas con las tarjetas Visa y Mastercard. Esto permite que los operadores reciban la acreditación en un plazo de 48 horas hábiles», explicó en un comunicado.
Además, informó que «disponen de un arancel de transacción bonificado del 1,3% en el marco de un acuerdo con la empresa de procesamiento de datos». De esta manera, «la compañía asegura la rentabilidad de los operadores de las estaciones y les facilita a sus clientes la compra de combustible a través de la aceptación de todas las modalidades de pago».
Por Agustina Devincenzi
El Cronista