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El componente oculto que eleva el precio de la nafta

La escalada inflacionaria pega de lleno en el bolsillo de los argentinos y el precio del combustible es uno de los factores que al subir genera un efecto dominó en otras áreas. El detalle de los factores que entran en juego y el peso de las políticas económicas del Gobierno.

La suba de precios no da respiro, y julio arrancó con siete nuevos aumentos. Uno de los incrementos que pone en jaque el bolsillo de los argentinos es el de los combustibles. Afecta no sólo a quienes deben llenar el tanque de su vehículo particular, sino también a la logística y la cadena productiva de los bienes de consumo diario. Si bien el Gobierno puso un tope a los incrementos en las naftas para contener la inflación, hay otras variables que entran en juego.

El viernes pasado -y como ocurre cada mes-, la Secretaría de Energía, a cargo de Flavia Royón, autorizó un aumento del 6,6% en los precios del bioetanol elaborado a base de caña de azúcar y de maíz, que se utiliza para su mezcla obligatoria con las naftas. En ambos casos, el precio del litro de bioetanol se estableció en $165,43 para las naftas comercializadas a través de las estaciones de servicio de su propiedad en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

Entonces, se volvió a poner sobre la mesa la situación de los estacioneros, quienes hace 15 días, se declararon en «estado de emergencia», y se empezó a analizar si este nuevo incremento puede impactar en el precio en surtidor.

EN PLENA LUCHA CONTRA LA INFLACIÓN, EL GOBIERNO TRATA DE CONTENER LA ESCALADA EN EL PRECIO DE LOS COMBUSTIBLES.
¿La suba del bioetanol pone presión al precio de la nafta?

Claudio Molina, analista de bioenergías y ferrocarriles, evaluó el funcionamiento del sector. «Lo más importante que hay que tener en cuenta es que cuando uno habla de petroleras, en general, se está hablando de toda una cadena de valor; pero el problema está concentrado en los refinadores de petróleo, es decir, aquellos que transforman el petróleo en combustible. El más importante es YPF«, comenzó exponiendo.

Teniendo en cuenta de dónde se parte, al ser consultado por el impacto del aumento del bioetanol en surtidor, explicó que «cualquier aumento de precios en cualquier rubro o en cualquier producto, cambia las relaciones» y más en momentos como los actuales en los que «estamos transitando una etapa de inflación del 155%». Sin embargo, hizo una aclaración y es que si bien afecta, no es un factor determinante en la ecuación final.

«Aun cuando les aumente el bioetanol, les resulta más favorable que otros biocombustibles como la nafta, que se debe importar y es más cara. Es falso que el precio de los combustibles esté presionado por el precio del bioetanol. En sentido opuesto, el bioetanol le mejora la rentabilidad de los refinadores de petróleo, además de mejorar el medio ambiente».

Recapitulando, si bien el aumento del bioetanol no es el de más peso en la cadena de producción y podría ser absorbido como un costo para evitar trasladarlo al consumidor, lo cierto es que el sector atraviesa una situación crítica. El precio en surtidor está pisado por el Gobierno y pese al aumento permitido del 4,5% mensual, el retraso es mucho.

EN PLENA LUCHA CONTRA LA INFLACIÓN, EL GOBIERNO TRATA DE CONTENER LA ESCALADA EN EL PRECIO DE LOS COMBUSTIBLES.
¿Qué factor pesa más en el precio del combustible?

«Si usted aumenta el precio, el bioetanol influye, pero es menor proporcionalmente hablando, respecto a lo que influye el petróleo. El crudo se paga al tipo de cambio oficial al cierre del día anterior y se lo puede ver entrando en la página web del Banco Central. ¿Qué pasa? Que el Central fija un tipo de cambio distinto todos los días», enfatizó Molina.

Esto es la famosa política de «crawling peg», en donde se realiza un ajuste gradual del tipo de cambio nominal para evitar un desfasaje pronunciado respecto de la inflación. Es decir, el BCRA realiza pequeños ajustes diarios, lo que hace que el precio del petróleo aumente constantemente. Y este es el principal factor en la ecuación final que determina el valor del combustible en surtidor.


Estacioneros en estado crítico

Desde principios de año, desde el sector intensificaron sus reclamos por la creciente disminución de la rentabilidad que los afecta. En este contexto, a mediados de junio, las cámaras y federaciones que integran la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA) declararon el estado de emergencia en todo el país.

EN PLENA LUCHA CONTRA LA INFLACIÓN, EL GOBIERNO TRATA DE CONTENER LA ESCALADA EN EL PRECIO DE LOS COMBUSTIBLES.

“Estamos con la soga al cuello, la inflación y el retraso en los precios de los combustibles hace insostenible sostener las estaciones abiertas. Necesitamos una solución. Desde la pandemia que venimos registrando pérdida de rentabilidad en el sector con la caída de ventas y el congelamiento de precios. Luego, el cuadro fue mejorando paulatinamente, pero hoy nos encontramos en un contexto crítico producto de la inflación y el retraso en los precios en los surtidores”, indican estacioneros.

En este marco, consideraron que el programa Precios Justos plantea un sendero de incrementos regulados, pero no alivia su situación, ya que no se equipara al índice de precios generales y no alcanza a cubrir los aumentos de sueldos acordados. Desde CECHA detallaron que, los ingresos de las estaciones de servicio por venta de los combustibles -promedio el 10 % del precio del surtidor- se encontraron congelados durante el período mayo 2021 a enero 2022 y luego contenidos por el sendero de precios en el período diciembre 2022 a mayo 2023.

“Si proyectamos a agosto de este año, el descalce entre los ingresos contenidos y los egresos actualizados llevará a que la mitad de las estaciones de todo el país no alcance el punto de equilibrio, hoy ubicado en 330.000 litros por mes”, alertaron. 

EN PLENA LUCHA CONTRA LA INFLACIÓN, EL GOBIERNO TRATA DE CONTENER LA ESCALADA EN EL PRECIO DE LOS COMBUSTIBLES.

En esta línea, también se expresó el especialista en bioenergias: «Los estacioneros ven reducir su rentabilidad por las políticas de los refinadores de petróleos, que en tal caso, los tienen atrapados con sus condiciones contractuales. La presión viene porque ellos hicieron un acuerdo de poner un 4% mensual de ajuste de precios cuando la inflación está en el 8».

Y analizó: «Es la política económica del Gobierno.  Arreglan con YPF el precio de la nafta lo más posible, mientras que en el gasoil y otros combustibles que se utilizan para los aviones y demás, aplican un precio libre que tiende la paridad de importación. Entonces, tenemos una situación hoy que la nafta está más barata que el gasoil. Eso no ocurre en los mercados internacionales. Es un arreglo particular con YPF, que las otras refinerías después deben copiar para ser competitivas en el mercado. Entonces, tienen un problema, se están fijando arbitrariamente los precios de las naftas».

El combustible (y su precio) es uno de los temas que pone en jaque la economía doméstica. Su valor en alza genera un efecto dominó, que afecta a los argentinos y agudiza el fenómeno de los bolsillos flacos. En este contexto, las miradas se vuelven a centrar en los movimientos de un Gobierno que lucha contra la inflación interviniendo en el mercado y limitando los aumentos, pero tiene en sus manos una bomba a punto de explotar.

Por Brenda Funes

MDZ

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