Biocombustibles: ex secretarios de Energía piden prorrogar régimen actual
A través de un comunicado, un grupo de exfuncionarios repasaron el crecimiento del sector en la última década, enumeraron las ventajas ambientales y económicas que trae aparejado y, de paso, difundieron una serie de propuestas que debería incluir una nueva ley.
Diputados comienza a tratar mañana en comisión el proyecto de ley impulsado por el oficialismo que busca reemplazar el actual régimen de promoción de biocombustibles. En la previa al arranque del debate, que el Frente de Todos aspira a que sea exprés, un grupo de exsecretarios de Energía propusieron prorrogar un año más el régimen actual y una serie de lineamientos a tener en cuenta para una nueva legislación.
En un comunicado titulado Biocombustibles: lo urgente y lo importante, los exfuncionarios del sector energético Emilio Apud, Julio César Araoz, Alberto Devoto, Alieto Guadagni, Jorge Lapeña, Daniel Montamat y Raúl Olocco hicieron un repaso del crecimiento del sector de biocombustibles a 13 años de la sanción de la ley 26.093 de promoción de biocombustibles. Y, de paso, difundieron una serie de propuestas para potenciar al sector.
«Luego de más de una década, la Argentina se encuentra en un selecto grupo de países, junto con Brasil e Indonesia, donde las mezclas de ambos biocombustibles (biodiesel con gasoil y bioetanol con naftas) superan al dígito. Entre aceites y alcoholes vegetales los biocombustibles aportan un 4% a la oferta interna de energía primaria«, repasaron los exsecretarios de Energía.
Para luego afirmar: «Esta participación relativa era casi inexistente a principios de la década pasada». Dicho esto, destacan que las exportaciones de biodiesel de algo más de un millón de toneladas en 2019 aportaron u$s 775 millones, al tiempo de que «promediaron más de 1100 millones de dólares los años anteriores».
Asimismo, los especialistas recordaron que el acuerdo Mercosur-UE «ofrece una gran oportunidad de aumentar exportaciones (liberación de restricciones) a ese mercado, principal destino de estos productos». Así como también, subrayaron que «las ventajas ambientales de la huella de carbono de estos productos respecto a los combustibles fósiles están probadas».
Tras hacer ese repaso sobre las ventajas del sector, tanto para las arcas del Estado como en materia de medioambiente, los exfuncionarios opinaron que, como está por vencer la ley 26.093, sancionada durante el gobierno de Néstor Kirchner, y puesto que «no se ha producido un debate amplio sobre la evolución de la política de Estado de los biocombustibles», sugirieron prorrogar esa ley «por un año» a partir del 1 de mayo de este año -el régimen vence el 12 de mayo-, para ganar tiempo «alejado del calendario electoral» así como también, «para desarrollar una discusión amplia y madura sobre las directrices estratégicas que gobernarán a los biocombustibles en el futuro».
Además, los firmantes del comunicado recomendaron una «amplia consulta a especialistas, además de los sectores interesados» por parte de las comisiones del Congreso involucradas en el tratamiento del nuevo proyecto.
PROPUESTAS
Hechas todas esas sugerencias, los exsecretarios propusieron «algunos puntos salientes que debiera plasmar el próximo régimen de biocombustibles». Ellos son:
-Los biocombustibles deberían desarrollarse en un ambiente de mercado donde se contabilicen sus externalidades positivas, especialmente las medioambientales. Este primer punto es perfectamente cuantificable, ya que el dióxido de carbono, está impositivamente gravado, y se puede determinar que las emisiones relativas de los biocombustibles respecto a sus sustitutos son menores. En este sentido, debe analizarse la conveniencia de recalibrar el impuesto al CO2 y su peso relativo en el precio final de los combustibles líquidos para que el mismo esté más en línea con las recomendaciones de la Comisión de Alto Nivel sobre los Precios del Carbono.
-Dado que los biocombustibles presentan una realidad heterogénea (grandes plantas integradas de biodiesel y plantas pymes y regionales; bioetanol de maíz y bioetanol de caña de azúcar), resulta necesario incentivar mecanismos de mercado pero con un Estado que segmente parcialmente la competencia dentro de los diferentes estamentos de la industria de manera de asegurar un plazo razonable en la convergencia hacia una competencia más pura que resguarde la participación regional y de las pequeñas y medianas empresas.
-En materia de participación de mercado e integración vertical de los productores de combustibles líquidos, resulta fundamental observar la ley y normativas de defensa de la competencia, para evitar las situaciones de posición dominante que puedan resultar en perjuicio para el interés económico general.
-Debe analizarse el establecimiento de un Fondo Compensador de Carbono, que permita atenuar los bruscos movimientos relativos de la materia prima de modo de permitir a los biocombustibles tener una mayor previsibilidad para competir en estado puro con sus sustitutos fósiles. Ello resultará en un aporte fundamental para ampliar la oferta y competencia dentro del mercado de combustibles: naftas-GNC-bioetanol y gasoil-GNL-biodiesel.
–Deben promoverse las exportaciones. El país y la región pueden y deben potenciar la generación de valor agregado exportable de proteína animal y biocombustibles, lo cual agrega hasta cinco veces valor respecto a la producción primaria de proteína vegetal. Estos principios rectores deben servir para la formulación de políticas de largo plazo que nos permitan superar las urgencias cortoplacistas que también enfrenta nuestro país en este tema.
El Cronista