YPF intenta destrabar un proyecto estratégico para Vaca Muerta
La licitación para ampliar la red de oleoductos de Oldelval, una obra clave que permitirá evacuar más petróleo desde Vaca Muerta, está demorada desde hace 30 días. El directorio de la empresa se reunirá este jueves para intentar votar el proyecto, pero no está claro si están los votos para hacerlo. El proyecto será más grande de lo previsto y costará unos US$ 1100 millones.
El directorio de Oldelval se reunirá este jueves para intentar definir una compleja licitación que apunta a ampliar la red de oleoductos que conecta Neuquén con el puerto de Bahía Blanca, en la provincia de Buenos Aires. Para las empresas que producen petróleo en Vaca Muerta, es el proyecto más relevante que tienen por delante de cara a poder incrementar la extracción de crudo. Sin esa obra, sencillamente no es posible elevar la oferta de petróleo desde la formación no convencional, porque la capacidad de transporte existente está saturada.
La resolución del concurso se demoró más tiempo del esperado por una increíble disputa entre las petroleras accionistas de Oldelval, que fijaron parámetros de la licitación en el Directorio que luego incumplieron al momento de presentar ofertas en el proceso licitatorio. Una especie de trampa al solitario extendida. En principio, el proceso se iba a resolver el 1 de noviembre. Pero tres semanas después, sigue abierto. Fuentes privadas consultadas no descartaron que, si el conflicto entre las empresas no se soluciona en los próximos días, sea la propia Secretaría de Energía la que termine saldando el diferendo.
La génesis del problema
¿Qué fue lo que pasó? Los cinco principales socios de Oleoductos del Valle —YPF (37%), ExxonMobil (21%), Chevron (14,5%), Pan American Energy (11,9%) y Pluspetrol (11,9%), a los que se suman Tecpetrol (2,1%) y Pampa Energía (2,1%)— validaron en el órgano de control de la empresa el lanzamiento de un proyecto para agregar 36.000 metros cúbicos (m3) a la red de transporte, es decir, multiplicar por dos su tamaño. De ahí que el emprendimiento se bautizó como Duplicar. Pero luego, al momento de presentar las ofertas en la compulsa, algunos de esos mismos jugadores solicitaron mucho más capacidad de transporte de la que estaba prevista.
El caso más emblemático fue el de Chevron. La petrolera norteamericana, la compañía privada (más allá de YPF) que más dinero invirtió en Vaca Muerta desde 2013 a la fecha, solicitó, en total, 51.000 m3 de transporte. En rigor, fueron 36.000 m3 directamente en cabeza de Chevron y otros 15.000 m3 a través de Compañía de Hidrocarburos No Convencionales (CHNC), la subsidiaria que creó para invertir junto en Loma Campana, el mayor desarrollo de shale oil del país.
La decisión de una de las dos mayores petroleras de EE.UU. tomó por sorpresa a toda la industria y dejó a la licitación en un limbo. “A principios de año, cuando Oldelval había sondeado formalmente entre sus accionistas y el resto de los productores de la cuenca Neuquina, cuánta capacidad de transporte estaba dispuesta a contratar cada firma, nadie informó estos números”, explicó una fuente con trato frecuente con el Directorio de Oldelval.
Sin visión sistémica
“Chevron no hizo nada ilegal, sólo fue mucho agresivo jugando al límite del reglamento. Presentó un pedido de cumplimiento imposible porque solicitó por sí sólo más capacidad de la que todo el proyecto podía sumar. Pero como el pliego establecía que en caso de que las propuestas de contratación superen la capacidad del nuevo oleoducto se le reconocería a todos la misma parte proporcional, igual terminó favorecida”, agregó.
¿Por qué? En total, se recibieron 21 propuestas para contratar unos 130.000 m3 de transporte en firme, 3,6 veces más que la capacidad del proyecto Duplicar de Oldelval. Eso significa que a todos les correspondería recibir un 27% de lo que ofertaron. Con esa lógica, Chevron se quedaría con casi 14.000 m3. Y a YPF, el segundo que más ofertó, con 25.000 m3, le tocarían unos 6800 m3. La mayoría de las petroleras objetó ese resultado.
Por proximidad comercial y operativa, el enojo recayó también sobre YPF, el mayor jugador del mercado y socio de la petrolera norteamericana en Vaca Muerta. “¿Cómo es posible que ellos no haya estado al tanto de la jugada de su principal socio? Algo falló y deja en evidencia la incapacidad de YPF para liderar a la industria. Faltó una visión sistémica para entender que este proyecto es clave para el país y la incapacidad de YPF de alinear a Chevron lo puso en riesgo”, analizó un consultor.
En cualquier caso, ahora el desafío es cómo reencaminar la licitación y llegar a una solución que deje relativamente satisfecho a todos. La conducción de Oldelval, que encabeza Ricardo Hösel, dedicó las últimas semanas a buscar alternativas para mantener a flote el proceso, porque algunos accionistas plantearon que lo mejor era declarar desierto el concurso y llamar a uno nuevo. Eso acarrearía, para la mayoría de los socios de Oldelval consultados, una pérdida de meses inaceptable en un proyecto de la importancia que tiene este.
La ampliación de Oldelval está atada, además, con la de Oil Tanking, la firma que opera una planta de tanques y un muelle de exportación en Puerto Rosales, sobre el puerto de Bahía Blanca. Con lo cual, una demora en el proyecto Duplicar generará un aplazamiento de esa obra.
La solución
Para que el proceso llegue a buen puerto, YPF logró que Chevron acepte cambios en dos cuestiones puntuales. La petrolera norteamericana cederá a otros productores, de manera temporal hasta fines de 2025, unos 4000 m3 de la capacidad que le corresponde, debido a que la explotación no convencional de El Trapial, su yacimiento en Neuquén, recién alcanzará un plateau de producción adecuado dentro de tres o cuatro años.
Al mismo tiempo, se decidió que el proyecto incorpore otros 14.000 m3 para llegar a una ampliación total de 50.000 m3. Ese volumen incremental se repartirá entre todos los oferentes, excluyendo a Chevron.
La línea gerencial de YPF estuvo articulando con la mayoría de las empresas productores de petróleo de Vaca Muerta para lograr un consenso en torno a esa propuesta. Paradójicamente, la conducción política que responde al santacruceño Pablo González se mantuvo prescindente y no fue factor en la resolución de un proyecto que para YPF es estratégico.
¿Están los votos?
La intención de la petrolera controlada por el gobierno es votar hoy jueves esa propuesta en el Directorio de Oldelval. Para eso, la semana pasada envió una nota dirigida a Oldelval para presionar exhortando a la empresa a que asigne la capacidad que le corresponde a cada productor.
YPF, que controla un 37% del capital accionario de Oldelval, cuenta con tres votos en el Directorio. Chevron y ExxonMobil, que están dispuestos a acompañar la iniciativa, poseen un voto cada uno, en tanto que PAE y Pluspetrol controlan los dos restantes. Son siete en total. Para que la licitación se apruebe, tal como pretende el CEO de YPF, Pablo Iuliano, se precisan seis votos afirmativos. Para dar de baja el concurso, se necesitan de una mayoría simple, pero esa opción está descartada porque YPF y Chevron cuenta con cuatro votos en total. Resta saber qué posición tomarán PAE y Pluspetrol. Vista y Shell, los dos mayores productores de shale oil detrás de YPF, avalan la propuesta que YPF quiere votar el jueves.
En una de esas dos empresas explicaron, bajo reserva de nombre, que “hay tiempo hasta el 29 de noviembre para decidir”. “Restan definir varias cuestiones, entre ellas cómo se financiará la obra, que se encareció en más de un 50% y qué tarifas se precisan para repagarla”, agregó. En efecto, como el proyecto pasó de 36.000 a 50.000 m3, la inversión necesaria, que estaba calculada en unos US$ 750 millones, trepará hasta los US$ 1100 millones.
Si no hay acuerdo entre las petroleras, tres directivos de petroleras sin contacto entre sí reconocieron que sería la Secretaría de Energía, que dirige Flavia Royón, quien tenga que saldar la cuestión. Sería un pésimo antecedente para una industria que muchas veces cuestiona la intervención del Estado.
Por Nicolas Gandini
EconoJournal