Los cuatro proyectos clave de YPF para dar el salto exportador
El CEO de la firma, Pablo Iuliano, detalló las obras que la firma realizará para exportar petróleo y meterse en el mercado del GNL. En mayo se reactivarán los envíos de petróleo a Chile.
Hasta el momento las obras que se realizaron en Vaca Muerta han tenido como destino abastecer el mercado argentino y, en el mejor de los casos, obtener saldos exportables, pero la siguiente etapa ya llegó y tiene a YPF liderando cuatro proyectos clave exclusivamente pensados en vender el petróleo y el gas de Vaca Muerta al resto del mundo.
En una entrevista con Energía On, el CEO de YPF, Pablo Iuliano, repasó cómo son los cuatro grandes proyectos de infraestructura que la firma lleva adelante y que desde mayo permitirán que el shale oil empiece a llegar directamente a Chile.
Las cuatro iniciativas encastran casi como piezas de una escalera y es que precisamente desde YPF se apuesta a un crecimiento constante comenzando primero con el petróleo gracias al contexto global de altos precios y su más fácil exportación.
“Tenemos una agenda estratégica que es desarrollar el petróleo que es lo que rápidamente podemos monetizar y para eso estamos liderando la expansión de todo el sistema de transporte con tres oleoductos: Otasa, Vaca Muerta Norte y Vaca Muerta Sur”, planteó Iuliano antes de entrar a detallar el estado de cada obra.
La reactivación de Otasa
El primer desarrollo en la agenda de YPF es la reactivación del Oleoducto Trasandino (Otasa), una línea que se usó por última vez en febrero de 2006 y que desde el año pasado está en pleno proceso de mantenimiento para su reactivación.
El oleoducto conecta el norte de Neuquén y Vaca Muerta, en Puesto Hernández, con Talcahuano en Chile en donde una de las socias del sistema (la tercera socia es Chevron), la chilena Enap tiene una refinería.
“Vamos a comenzar la exportación a Chile probablemente para mayo o tal vez junio”, aseguró el CEO de YPF. Y repasó que “ya pasamos el scraper inteligente -una herramienta de limpieza y detección de fallas- en los dos tramos. El lado argentino está bien, pero del lado chileno encontramos algunas fallas que hay que repararlas”.
Esos trabajos de reparación son los que definirán si el petróleo argentino vuelve a Chile en mayo o junio, un poco más tarde del plazo que el año pasado se había pensado de reactivación, en especial ante las demoras registradas del lado del vecino país.
Esta línea transportará en un primer momento 50.000 barriles de petróleo por día. “Primero vamos a poner en marcha Otasa con la reversión de -la estación de bombeo de Oldelval- Escondida y después pondríamos en marcha el oleoducto Vaca Muerta Norte para septiembre aproximadamente”, pormenorizó Iuliano.
El nuevo oleoducto Vaca Muerta Norte
Esa es la segunda obra clave de infraestructura de YPF. El oleoducto Vaca Muerta Norte comenzó a construirse íntegramente con fondos de YPF a mediados del año pasado. “Estamos construyéndolo y para septiembre va estar en marcha”, remarcó Iuliano.
Este ducto parte de la zona caliente de Vaca Muerta, del bloque La Amarga Chica que opera YPF junto a la malaya Petronas y tiene una extensión de unos 150 kilómetros hacia el norte, de allí su nombre.
El ducto tiene un diámetro de 24 pulgadas y podrá transportar hasta 25.000 metros cúbicos, unos 160.000 barriles de petróleo por día, hasta el nodo de Puesto Hernández en donde se vinculan tanto con la línea de exportación a Chile, Otasa, como con la que conduce a la refinería mendocina de Luján de Cuyo.
Este ducto demandó una inversión de más de 250 millones de dólares y no sólo transportará a partir de septiembre producción de YPF, sino también de otras firmas que se sumen a los envíos como se supo que podría ser la compañía de Miguel Galuccio, Vista, y claro está que Chevron que es socia en Otasa.
Iuliano explicó que “con el Vaca Muerta Norte vamos a poder exportar hasta 70.000 barriles en septiembre, entre propios y de socios, que es lo que puede tomar la refinería porque después quedan obras del lado chileno a hacer para poder capturar los 30.000 a 40.000 barriles adicionales”.
En un año signado por el clima electoral en el que el presidente de YPF, Pablo González, ratificó que buscarán llegar a un nivel de inversión de 5.200 millones de dólares para todos los activos de la compañía, el CEO pormenorizó que en el caso de la apuesta fuerte a Vaca Muerta, se espera elevar la inyección de recursos entre un 20 y un 25% en comparación con el año pasado.
Y es que precisamente antes de fin de año la compañía de bandera quiere iniciar el tercero de los grandes planes de desarrollo para potenciar las exportaciones de la formación shale.
Se trata en este caso de una gran iniciativa que demandará una inversión de cerca de 2.500 millones de dólares bautizada como oleoducto Vaca Muerta Sur, un plan que en realidad termina con un gran puerto exportador que sería no solo el más grande del país sino incluso uno de los más grandes de Sudamérica.
Oleoducto Vaca Muerta Sur y puerto exportador
“Vaca Muerta Sur es un proyecto que lo tenemos planteado en dos fases: una hasta Allen que ya te libera algo de capacidad de transporte porque se conecta a la red de Oldelval, y la segunda desde Allen a la costa con la construcción de la terminal y la monoboya”, señaló Iuliano.
Y sumó que “sobre fin de año, o como mucho principios del año que viene, queremos estar empezando las obras para el primer tramo porque esto tiene que estar en marcha a principios del 2026. Con esa fecha estamos bien en función de todas las curvas que proyectamos”.
La empresa de bandera se encuentra de momento realizando los estudios de impacto ambiental y social del plan que prevé recorrer casi 700 kilómetros para llegar a la zona costera de Punta Colorada, con un ducto con una capacidad de transporte de 360.000 barriles.
El plan completo implica una inversión de cerca de 2.500 millones de dólares y es por esto que González anunció días atrás que la iniciativa será abierta a empresas interesadas en sumarse, pero a un sistema que será gerenciado por la misma YPF.
El objetivo de la firma es que el puerto sea no solo el más grande del país abocado a la exportación de petróleo, sino incluso uno de los más grandes de Sudamérica, aprovechando el calado natural que tiene esa zona costera que permitiría el ingreso de buques de mayor porte que los que hoy ingresan a Puerto Rosales.
El sistema para exportar GNL
El cuarto y último proyecto de la mamushka exportadora de Vaca Muerta no tiene que ver con el petróleo, sino con ese enorme potencial que en realidad tiene la formación no convencional y que es el gas natural. Se trata concretamente de la construcción de un gran gasoducto desde Vaca Muerta hasta la zona de Bahía Blanca donde se montará un planta para licuar el gas y exportarlo como gas natural licuado (GNL).
Esta iniciativa parte del memorándum firmado con la malaya Petronas, pero según precisó González tras la aprobación de la esperada ley de GNL en el Congreso la iniciativa se abrirá a más empresas interesadas en sumarse al plan que tiene una inversión inicial estimada en 10.000 millones de dólares y un máximo previsto de hasta 40.000 millones de dólares.
Iuliano explicó que el proyecto comprende tres ejes nodales. El primero es la construcción de un gran gasoducto que una Vaca Muerta con Bahía Blanca, que en principio sería similar al Néstor Kirchner. Esa línea tendría la diferencia de estar dedicada exclusivamente al proyecto exportador sin vincularse con las redes nacionales.
“Va a tener dedicación exclusiva, no usás capacidad de los gasoductos que hoy están abasteciendo el mercado local, y cuando la planta esté en marcha hasta el 10% de la producción de GNL se puede dedicar al mercado local a precios de mercado”, explicó el CEO de YPF. Y remarcó que “la ley de promoción prevé que el gasoducto sea exclusivo” para exportación.
La iniciativa contempla un segundo eje que es la construcción de una planta licuefactora con una capacidad inicial para elaborar al menos 5 millones de toneladas de GNL al año en su inicio y hasta 25 millones de toneladas en su máximo desarrollo.
Y como paso necesario para completar el plan está la tercera pata o eje del plan que es ampliar la producción. “Para el proyecto que estamos pensando, tenés que producir 100 millones de metros cúbicos más por día. En principio estamos pensando en un par de áreas que ya tenemos desrisqueadas y después tenemos que ir a desrisquear más áreas de las que hoy tenemos”, aseguró Iuliano.
Si bien de momento el GNL tiene un alto precio de mercado, Iuliano advirtió que “no hacés proyectos pensando en que el GNL va a estar a 80 dólares, sino pensando que lo vas a vender a 10 ó 12 dólares y obviamente es un proyecto muy marginal y muy sensible al precio”.
“No es lo mismo que el petróleo que el día que cae el precio levantás la pata no perforás más y se te acomodó todo. Esto es una inversión gigantesca que tiene que durar de 35 a 40 años y donde el margen es chiquito”, planteó.
Para esto explicó que “lo que hacemos es ver qué es lo que podría pasar en distintos escenarios, porque lo que tenemos que hacer es poder brindar un proyecto para un precio de GNL que sea con un mínimo precio que nos banque el proyecto”.
Si bien no detalló exactamente cuál es ese valor, recordó que a diferencia de la prueba piloto que se hizo con la barcaza licuefactora Tango, que dio malos resultados, “hoy somos más competitivos -con los costos de producción- y ese proyecto “no dio porque había un tema de escala”.
Por Victoria Terzaghi
Río Negro