Con la disparada del petróleo, el aumento en la nafta es inevitable
El precio internacional del petróleo venía en alza desde hace dos semanas y se disparó luego del ataque de Israel a Irán. El barril de Brent, referencia para el combustible local, toca el nivel más alto de los últimos cuatro meses
La suba del precio internacional del petróleo tendrá un coletazo directo en el plano local, con un incremento en los precios de los combustibles que no podrá evitarse si se mantiene el esquema actual de actualización.
“Y sí, vamos a tener que aumentar, lo estamos viendo”, dijo a BAE Negocios el presidente de YPF, Horacio Marín, al preguntársele qué actitud tomará la empresa de mayoría estatal y protagonista principal del mercado de combustibles en la Argentina.
Marín se refirió a la posibilidad de un aumento en los combustibles a partir de julio en un encuentro con el periodismo en la sede de la compañía en Puerto Madero, luego de un discurso en el que advirtió que el precio del barril del Brent había superado levemente los 70 dólares, tras promediar los USD 64,65 en mayo.
Minutos después de la reunión, la cotización del crudo tuvo una rápida disparada tras el ataque israelí a Irán y se ubica en USD 75,21, un 7,4% más que el momento de las declaraciones de Marín y 16,3% más que el promedio de mayo.
Cómo se compone el precio
El precio de los combustibles se ajusta mensualmente en base a cuatro componentes: la paridad entre el peso y el dólar, los impuestos a los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono, la variación de los precios mínimos de adquisición de los biocombustibles y, finalmente, la cotización del barril de Brent (Mar del Norte), una de las dos referencias internacionales junto al WTI de Texas.
En los últimos meses, los precios de las naftas y el gasoil tuvieron variaciones mínimas e incluso en abril una baja promedio del 4,7%, en una combinación de factores en las que el principal fue la baja que fue mostrando el precio del Brent.
La cotización del Brent
Lejos del récord de USD 147,50 de julio de 2008 y de los mínimos en los inicios de la pandemia de Covid-19 (en la que en algunos días llegó a tener valores negativos), el precio del barril de Brent vino experimentando una tendencia bajista en los primeros cinco meses de 2025, que si bien representó una mala noticia para la exportación, fue buena para los usuarios locales de combustibles.
De un promedio mensual de USD 79,27 dólares en enero, el barril pasó a cotizar USD75,44% en febrero, USD 72,73 en marzo, USD 68,13 en abril y USD 64,45 en mayo.
Si entre los analistas de los mercados de commodities suele advertirse que “los árboles no crecen hasta el cielo”, en este caso corresponde señalar la situación inversa, ya que en junio se comenzó a percibir que el recorrido descendente de los precios había tenido una interrupción.
Ese cambio de tendencia no hizo más que profundizarse en las últimas horas, con pronósticos de mayores subas para el mediano plazo.
El futuro
De todos modos, ese aumento -previo al ataque de Israel a Irán- no había sido previsto por muchos especialistas, al punto que JP Morgan pronosticó a mediados de mayo que el barril de Brent caería a los USD 58 en 2026.
La evolución de la cotización es una incógnita, cuya resolución dependerá tanto de cómo se defina en conflicto en Medio Oriente como de la actitud que tomen los principales países productores, en un mundo en el que el crecimiento de las energías limpias (renovables y nuclear) se perfila para dejar a la generada a partir de recursos fósiles en un segundo plano.
Baenegocios
Por Marcelo Batiz