“Como representante de una compañía que invierte en la Argentina, el cepo es un freno”
El ejecutivo asumió hace apenas tres meses en el máximo cargo de la compañía para la Argentina, Chile y Uruguay.
NEUQUÉN.– Germán Burmeister asumió hace apenas tres meses como nuevo presidente de Shell para la Argentina, Chile y Uruguay. Hace tiempo que la petrolera internacional no tenía un argentino a cargo de su filial local. Burmeister estaba hasta julio pasado a cargo de la compañía en Kazajistán.
Shell tiene varios proyectos activos en la Argentina. Actualmente, produce 50.000 barriles de petróleo diarios y el objetivo es llegar a 70.000 para fines del año próximo. Además, analiza ingresar en el proyecto que lidera YPF de construir un oleoducto que comunique Vaca Muerta con Río Negro, para ampliar las exportaciones de petróleo.
La petrolera británica, originaria de Países Bajos, también obtuvo el permiso ambiental para hacer los estudios de sísmica offshore en el mar argentino para explorar la búsqueda de petróleo. En diciembre arrancará la campaña en la que un buque sacará fotos del suelo marítimo durante cuatro meses y luego se analizarán los datos, en un proceso que puede demorar hasta un año.
En una entrevista realizada en la feria Argentina Oil & Gas (AOG), que organiza el Instituto Argentino del Gas y del Petróleo (IAPG) en esta ciudad, el ejecutivo habló del cepo cambiario como “freno” para aumentar las inversiones, pero dijo que la empresa es “optimista” con el país, aunque “cauta”.
–¿Cómo encontró a la industria energética argentina en estos tres meses?
–Mirá el ruido que hay [por la cantidad de personas que están en la feria]. Ocho años atrás no había nada. Esto es un reflejo de todo el progreso que ha hecho la industria. El tema es cómo se acelera la actividad. Para seguir creciendo y llegar a una producción de 1,5 millones de barriles diarios en la cuenca neuquina [hoy son 400.000] hace falta que haya más cambios en la macro, la infraestructura, la competencia, la educación y reglas claras y sustentables en el tiempo, tanto a nivel municipal como provincial y nacional. Tenemos que ver cómo seguir trabajando de forma colaborativa para hacer esto más rápido, porque nos podemos quedar atascados.
–En el tema macro, la vez pasada dijo que era necesario que se quite el cepo…
–Lo sigo diciendo. Creo también que el Gobierno tiene mejor conocimiento de lo que es posible y lo que no. Como representante de una compañía que invierte en la Argentina, y que le gustaría invertir más porque el potencial lo tenemos, el cepo es un freno. Porque si uno no tiene libertad de acceder a sus divisas, es difícil de vender a la Argentina. Por eso el RIGI [régimen de incentivo para grandes inversiones] es un importante paso, porque empieza a limpiar el camino. Pero si queremos capturar ese máximo potencial, el cepo es un tema que tiene que ser resuelto. Si es el mes que viene o a fin de año, no importa. Nuestra industria tenía una balanza comercial deficitaria dos años atrás en más de US$4000 millones por año y hoy que estamos positivo en ese monto. Son US$8000 millones de diferencia en dos años, que ya nos pone como parte de la solución en ese camino de quita del cepo.
–En el tema infraestructura, a partir de marzo próximo se ampliará la capacidad de transporte del oleoducto que une Vaca Muerta con Neuquén, de 300.000 barriles diarios a 530.000. ¿Eso resuelve el cuello de botella del petróleo?
–Cuando hablo de infraestructura, también me refiero a caminos, rutas, hospitales, colegios, centros de capacitación. No es solamente infraestructura de Vaca Muerta. Yo vengo a Neuquén hace 20 años manejando de Buenos Aires y tenemos la misma ruta que hace 70 años.
–¿De quién es la culpa?
–La culpa es una realidad argentina de haber descuidado una parte fundamental del desarrollo de país. Se habla de lograr producir 1,5 millones de barriles diarios de petróleo, pero ¿de dónde va a salir la arena [necesaria para hacer las fracturas]?
–YPF propuso ayer que se debe desarrollar el tren para transportar la arena de manera más eficiente. ¿Lo ve posible?
–Desde 2012 se habla del tren. Pero nosotros no nos dedicamos a los trenes. Se tiene que dedicar el que sabe. El de arena también tiene que ser el que sabe. Hay un montón de cosas que nosotros sabemos y a eso nos queremos dedicar, pero no sé hacer una ruta. Para eso todos nosotros pagamos impuestos. Creo que la Argentina tiene mucho para seguir mejorando y cambiando.
–Hay muchos rumores de que Shell reemplazará a Petronas como posible socio de YPF para estudiar el proyecto de la planta de GNL. ¿Qué puede decir al respecto?
–Si nosotros tuviésemos algo para anunciar, lo hubiésemos anunciado. Estamos viendo todas las oportunidades que podemos capturar en la Argentina. Estamos estudiando. Nosotros somos uno de los grandes jugadores del GNL a nivel mundial. La Argentina se quiere posicionar en ese mercado. Hay que estudiarlo.
–¿Qué oportunidades y desafíos ve en ese proyecto?
–No sé, porque no tengo los detalles de lo que es el proyecto. Creo que Horacio [Marín, presidente de YPF] quiere ir a una velocidad muy rápida, que para la Argentina de hoy está buenísimo, pero para ir rápido todo tiene que estar súper bien alineado. Ya sea para hacer una ruta o para hacer un proyecto del GNL.
–YPF dice que la ventana de oportunidad es ahora…
–La ventana es discutible, en el sentido de que dos, tres o cuatro años en nuestra industria no creo que haga una gran diferencia. Pero, cuanto más rápido, mejor.
– ¿Aumentaron los costos por la apreciación del tipo de cambio?
–Es un detalle. Nosotros miramos en el largo plazo. La competitividad de un país o de una cadena de valor no pasa por una apreciación cambiaria coyuntural. Nosotros miramos los fundamentos de la Argentina y de la economía del mediano a largo plazo. Y en eso somos optimistas. Cautelosos, pero somos optimistas.
–¿Qué análisis hace de los primeros meses de gobierno de Javier Milei?
–La respuesta está en lo que se está viendo acá en la feria.
–¿Pero el sector energético no es una burbuja más allá de la dinámica de la economía?
–Una playa está compuesta por muchos granitos de arena. Un país creciente se hace por muchas burbujas. Cuantas más burbujas tenga la Argentina, mejor. Esta es una más. Creo que hay un boom agropecuario, que hay que seguir ayudándolo. Hay un boom tecnológico, que hay que seguir. Y hay un boom energético. Ojalá que haya una cuarta, quinta, sexta y séptima burbuja.
Por Sofía Diamante
La Nación